
La moda de Dior evoca a Marlene Dietrich en desfile previo al otoño en Nueva York
Dior evoca el Hollywood de los años treinta y cuarenta con colección de otoño en desfile en Nueva York.

El Museo de Brooklyn en Nueva York fue el escenario elegido por la casa de moda Dior para presentar su colección de otoño. Este desfile evocó el glamour del Hollywood de los años treinta y cuarenta, un periodo de gran emancipación en el vestuario femenino. La directora artística de la línea femenina, Maria Grazia Chiuri, se inspiró en la actriz y cantante alemana Marlene Dietrich (1901-1992), para fusionar la icónica silueta de Dior con la presencia fantasmagórica y el encanto andrógino de la diva.
Un homenaje a la libertad de vestir
Al igual que en una película de la preguerra, el blanco y el negro dominaron la pasarela, mientras que las mujeres reinterpretaron los elementos del vestuario masculino, tales como pantalones anchos, corbatas, abrigos de aviador y gorros ladeados. El tweed reinó en la colección, recordando la moda masculina pero en una versión mucho más ligera. Dior hizo hincapié en que la libertad de elección en el vestir es fundamental, tomando como ejemplo los trajes masculinos de Marlene Dietrich que en su época causaron un gran revuelo, reivindicando la libertad de vestir como cada mujer desee.
Íconos del cine y la moda
Además de Marlene Dietrich, Dior recurrió a la inspiración de otras estrellas de la época como Katharine Hepburn y Greta Garbo, quienes también eran conocidas por su estilo fluido en la moda. La directora artística de la casa de moda agregó toques contemporáneos a la colección, como minishorts bajo trajes, suelas de plataforma y blusas con la espalda abierta, en modelos que fueron admirados por las actrices Charlize Theron, Anya Taylor-Joy y Rachel Zegler, entre otras.
Un desfile con significado
El desfile, que tuvo lugar en el Museo de Brooklyn, fue diseñado por el dúo Claire Fontaine, compuesto por los artistas conceptuales Fulvia Carnevale y James Thornhill. La pareja representó dos manos gigantes que unían los dedos pulgar e índice, simbolizando a todas las mujeres que participaron en este proyecto, incluyendo a Maria Grazia Chiuri, a las modistas y a las comisarias. Este evento significó un encuentro entre París y Nueva York, reflejado en una serie de estampados en blanco y negro que incluyeron la torre Eiffel y la estatua de la Libertad, en una conversación sobre la libertad que busca dar forma y sustancia a lo que cada mujer decide ser.
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