
Aflatoxinas: riesgo oculto en alimentos y cómo protegerse
Las aflatoxinas, producidas por hongos en alimentos como cereales y frutos secos, pueden causar problemas de salud graves, incluyendo cáncer, por lo que se deben tomar medidas para reducir su consumo.

El reino Fungi, al que pertenecen los hongos, las levaduras y los mohos, desempeña un papel crucial en la naturaleza a través de la descomposición de desechos y la redistribución de nutrientes en los ecosistemas terrestres. Sin embargo, ciertas especies de hongos producen micotoxinas, como las aflatoxinas, que pueden tener efectos negativos en la salud humana y animal.
Las Aflatoxinas: Un Peligro Silencioso en los Alimentos
Estas sustancias tóxicas se generan por el hongo Aspergillus flavus y, en menor medida, por Aspergillus parasiticus. Las aflatoxinas contaminan diversos alimentos, incluyendo cereales como el maíz, el trigo y el arroz, así como nueces, cacahuates, pistaches, chiles y frutos secos. Su proliferación se favorece por la humedad y las altas temperaturas, siendo más comunes en climas tropicales.
El Impacto en la Salud Humana
Las aflatoxinas representan un riesgo para la salud humana debido a su capacidad de almacenarse en la grasa corporal durante años. Al liberarse estas sustancias, pueden provocar mutaciones genéticas, problemas en la replicación del ADN y "envenenamiento" en el proceso de desintoxicación hepática. Además, se ha observado que las aflatoxinas pueden interferir con la microbiota intestinal.
Estos efectos negativos pueden derivar en diversos problemas de salud, entre los que destacan algunos tipos de cáncer de hígado, páncreas y colorrectal. Es importante destacar que, aunque todos estamos expuestos a consumir pequeñas cantidades de aflatoxinas sin consecuencias graves, es fundamental evitar la ingesta excesiva.
Prevención del Consumo de Alimentos Contaminados
Para reducir el riesgo de exposición a las aflatoxinas, se recomienda seguir ciertas medidas de prevención durante el almacenamiento y consumo de alimentos. Estas incluyen:
- Almacenar los alimentos en lugares secos y frescos para evitar la proliferación de hongos.
- Desechar las semillas que flotan en el agua al remojarlas (frijoles, lentejas o arroz) ya que pueden estar contaminadas.
- Evitar el consumo de productos en proceso de degradación o lácteos provenientes de ganado alimentado con forraje contaminado.
- Descartar tortillas, pan, fresas y otros alimentos que presenten un tipo de pelaje gris o puntos verdes y peludos, ya que pueden indicar la presencia de moho.
- No consumir nueces u otros frutos secos que estén resecos o decolorados, ya que podrían estar contaminados.
La concienciación sobre los riesgos de las aflatoxinas es fundamental para prevenir su consumo. Es importante estar atentos a las señales de contaminación en los alimentos y seguir las recomendaciones de almacenamiento y consumo para proteger nuestra salud.
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