Desmistificando el mito: ¡Sí puedes entrenar a tu gato!

Los gatos sí pueden ser entrenados utilizando métodos positivos que refuercen su bienestar y mejoren la comunicación con sus dueños.

En la sociedad actual, se ha establecido una creencia común sobre la naturaleza independiente de los gatos, llegando incluso a afirmar que no pueden ser entrenados. Esta idea, difundida en conversaciones cotidianas y redes sociales, alimenta un mito persistente que niega la capacidad de aprendizaje de estos felinos.

Sin embargo, la ciencia del comportamiento animal ofrece una perspectiva diferente. Investigadores como Monique Udell, de la Universidad Estatal de Oregón, demuestran que los gatos son capaces de aprender cuando se sienten cómodos, seguros y reciben recompensas positivas. La clave no reside en imponerles órdenes, sino en comprender su forma de aprendizaje y qué les motiva.

Desmontando el Mito: El Gato como Ser Aprendizaje

Esta percepción errónea sobre la independencia del gato como sinónimo de desinterés tiene sus raíces en su historia de domesticación, más reciente y menos controlada que la de otros animales. A diferencia del perro, el gato ha conservado conductas más salvajes, lo que ha contribuido a su fama de autónomo e inaccesible.

El entrenamiento felino se basa en principios de comunicación efectiva y mejor convivencia. Los gatos aprenden por asociación: si una acción va seguida de una recompensa, la repetirán. El objetivo no es lograr obediencia absoluta, sino mejorar la comunicación con el gato y reducir su miedo en situaciones nuevas, como ir al veterinario o viajar.

Beneficios del Entrenamiento Felino

Jimena Mangas, directora de la Diplomatura en Entrenamiento Felino de la Universidad de Buenos Aires, destaca que el entrenamiento fortalece el vínculo entre gato y tutor. Además, proporciona al animal una sensación de control, lo que disminuye su ansiedad y mejora su calidad de vida.

Florencia Barrios, experta uruguaya en bienestar felino, resalta que el entrenamiento puede ser un complemento útil para reducir comportamientos problemáticos y mejorar la relación entre gato y humano. Sin embargo, es importante recordar que no sustituye una evaluación profesional por parte de un veterinario en casos de agresividad o dificultades en la convivencia con otros animales.

Comportamiento Positivo

En la diplomatura mencionada anteriormente, personas adultas mayores de 18 años pueden entrenar a sus gatos desde casa, con ejercicios guiados por docentes en tiempo real. El enfoque se centra en el uso exclusivo de refuerzos positivos en un entorno tranquilo y sin castigos ni dispositivos como clickers.

El gato puede aprender a acudir al llamado, a entrar voluntariamente en su transportadora o a permitir una revisión veterinaria. El entrenamiento es breve, constante y adaptado a la naturaleza felina. No se trata de "domarlo", sino de acompañarlo y comprenderlo.

El entrenamiento no solo enseña conductas útiles al gato, sino que también mejora la convivencia. Favorece el contacto físico, reduce el estrés y prepara al gato para momentos como revisaciones veterinarias, viajes o mudanzas. Además, representa una oportunidad para que humanos y gatos compartan experiencias significativas.

Con paciencia, respeto y recompensas adecuadas, cualquier gato puede aprender. La clave está en dejar atrás los mitos y abrirse a una relación más comprensiva con uno de los animales más fascinantes que habitan nuestros hogares. ¿Quieres entrenar a tu gato? Solo necesitas observarlo, respetarlo y empezar poco a poco.

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