Dormir con la tele encendida: ¿Un hábito que afecta tu salud?

Dormir con la televisión encendida afecta negativamente la calidad del sueño al inhibir la producción de melatonina y alterar el ritmo circadiano, causando fatiga y problemas de salud física y mental a largo plazo.

El ritmo acelerado de la vida moderna, lleno de estímulos y demandas constantes, nos lleva a buscar momentos de descanso y relajación. Sin embargo, a menudo las prácticas que consideramos relajantes pueden estar afectando negativamente nuestra capacidad para obtener un sueño reparador. Un ejemplo común es el hábito de dormir con la televisión encendida, una costumbre que puede tener consecuencias adversas en nuestro sueño y, por ende, en nuestra salud física y mental.

La interferencia del azul electrónico

La luz azul emitida por las pantallas de los televisores inhibe la producción de melatonina, la hormona clave para regular el ciclo sueño-vigilia. Esta interferencia con nuestro reloj biológico, conocido como ritmo circadiano, provoca que la transición hacia el sueño sea más difícil y que este sea menos profundo.

Además de la luz azul, los cambios constantes en las imágenes y sonidos de la televisión mantienen al cerebro en un estado de alerta, impidiendo que entre en las fases más profundas del sueño, esenciales para la recuperación física y el bienestar emocional. Dormir con la televisión encendida puede llevar a una menor duración del sueño REM, crucial para la memoria consolidación y el procesamiento emocional.

Impacto en la salud física y mental

La falta de un sueño reparador tiene consecuencias directas en nuestra salud física. Estudios demuestran que quienes no descansan lo suficiente tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares, hipertensión arterial y alteraciones metabólicas como obesidad y diabetes tipo 2. El cuerpo, al no tener tiempo para recuperarse adecuadamente, experimenta cambios hormonales que afectan el apetito y la regulación de la glucosa.

En el plano mental, la privación del sueño también tiene un impacto significativo en nuestra capacidad de concentración, memoria y reacción. Sentimos más irritabilidad, ansiedad y, en algunos casos, podemos experimentar síntomas depresivos. El tipo de contenido visual antes de dormir, como noticias alarmantes o películas con escenas intensas, puede elevar el nivel de estrés y dificultar aún más la relajación.

Aunque algunas personas afirman que el ruido constante de la televisión les ayuda a conciliar el sueño, existen alternativas más saludables para lograr este efecto. Apagar la televisión al menos media hora antes de acostarse o utilizar un temporizador para que se apague sola son medidas efectivas. Además, se recomienda reemplazar las pantallas con sonidos relajantes como música suave, grabaciones de lluvia o ruido blanco.

Crear una rutina nocturna sin estímulos visuales intensos puede facilitar el proceso de descanso. Actividades como leer un libro, practicar meditación o tomar una infusión caliente pueden ayudar a calmar la mente y preparar el cuerpo para dormir. Mantener la habitación oscura, silenciosa y a una temperatura fresca también contribuye a alcanzar un sueño profundo y reparador.

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