El fidgeting: ¿distracción o herramienta natural para la concentración?

El fidgeting, o comportamiento repetitivo como apretar burbujas, ayuda a la autorregulación emocional y concentración al estimular áreas cerebrales relacionadas con el placer y el enfoque.

Los comportamientos repetitivos conocidos como fidgeting, aunque a menudo se consideran simples distracciones, tienen una función biológica clave en la regulación emocional y la concentración mental. Estos movimientos, como apretar burbujas de plástico o girar un bolígrafo sin parar, pueden ser estrategias naturales del cuerpo para mantener el equilibrio y mejorar el enfoque.

El fidgeting, más allá de una simple manía

La doctora en biomedicina Teresa Arnandis (@ladyscience en redes sociales) explica que el cerebro busca estímulos repetitivos para calmarse o concentrarse. Estos pequeños juegos sensoriales no son al azar; el cerebro los utiliza para mantenerse enfocado, especialmente en situaciones de estrés o cuando se requiere una gran demanda cognitiva. La acción de reventar plástico de burbujas, por ejemplo, combina la presión táctil, un sonido nítido y una gratificación inmediata, lo que estimula áreas cerebrales relacionadas con el placer y la regulación del estrés.

Beneficios comprobados

La investigación ha demostrado que las actividades táctiles y auditivas como el fidgeting ayudan al cerebro a relajarse y mejorar el enfoque. Un estudio realizado por la Universidad de Auckland y el Instituto Matai en Nueva Zelanda reveló que manipular objetos pequeños o mover las manos con frecuencia puede mejorar el flujo sanguíneo en la corteza prefrontal, una región crucial para la atención y la toma de decisiones.

Aunque este estudio se centró en personas con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), también se observaron beneficios en adultos sin ningún diagnóstico previo. Esto sugiere que el fidgeting es una herramienta natural que el cerebro utiliza para mantenerse atento y organizado, no solo en quienes tienen una condición médica específica.

Incorporando el fidgeting a la rutina

Los hallazgos de estas investigaciones apoyan la idea de que las acciones repetitivas no deben ser vistas como distracciones inútiles, sino como mecanismos útiles para enfrentar la presión, mejorar la productividad y reducir el estrés. En lugar de reprimirlas, podría ser más efectivo incorporarlas como parte de una rutina de autorregulación personal. Para mejorar la relajación emocional y el enfoque, se puede practicar fidgeting durante momentos de tensión o concentración.

Investigaciones adicionales han explorado los beneficios emocionales del fidgeting. Un estudio dirigido por el psicólogo KM Dillon y publicado en PubMed descubrió que reventar burbujas de plástico reduce el estrés, aumenta la energía y mejora el estado de ánimo en estudiantes universitarios. Esta actividad sensorial sencilla ofrece ventajas significativas sin requerir entrenamiento especial o un entorno específico.

Alternativas para el fidgeting

Para quienes prefieren evitar el uso de plástico, existen alternativas como los juguetes Pop It, que replican la experiencia de apretar y soltar sin generar desechos. Estos objetos están diseñados tanto para niños a partir de los tres años como para adultos, y son ampliamente recomendados por terapeutas como una forma segura y eficaz de canalizar el estrés diario. Al incorporar estas prácticas en nuestra rutina diaria, podemos mejorar no solo nuestra concentración, sino también nuestro bienestar emocional general.

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