El misterio detrás del perro mojado: ¿Por qué se sacuden los animales?

Las sacudidas bruscas en animales peludos como perros no solo son para secarse, sino también para eliminar irritantes gracias a receptores neuronales sensibles al tacto.

El comportamiento de sacudidas bruscas en animales no solo se limita a la simple acción de secarse o limpiarse. Investigadores han desvelado que detrás de este movimiento se encuentra un mecanismo neurológico complejo y hasta ahora misterioso, relacionado con la protección sensorial y la eliminación de elementos irritantes.

El misterio de las sacudidas de los perros

Al analizar los mecanismos neuronales en ratones, científicos descubrieron un tipo de receptores ultrasensibles llamados mecanorreceptores de umbral bajo de la fibra C (C-LTMR). Estos receptores juegan un papel crucial en la sensibilidad táctil de los mamíferos peludos, permitiéndoles detectar estímulos externos en áreas de difícil acceso. A diferencia de los humanos, para quienes las sensaciones táctiles suelen ser agradables, en los animales, estas tienen una función de alerta o protección.

En experimentos realizados con ratones, se les colocaron algunas gotas de aceite en la espalda y se utilizó la técnica optogenética para controlar neuronas cerebrales específicas mediante la luz. Los resultados mostraron que los ratones realizaban sacudidas de un lado a otro, incluso cuando no tenían gotas de aceite, indicando una respuesta neuronal específica a la percepción de estímulos en su pelaje.

Para confirmar el rol de los C-LTMR en las sacudidas, los investigadores utilizaron un método que eliminaba o desactivaba estas neuronas. Al eliminar los C-LTMR, se observó que los ratones dejaron de agitarse, lo que demuestra la importancia de estos receptores en la activación del movimiento de sacudida.

Esta función principal de los C-LTMR radica en activar los folículos pilosos del subpelo de los animales. Cuando algo cae sobre el lomo de un mamífero peludo, estos mecanorreceptores envían una señal a las neuronas, que transmiten un mensaje al tronco encefálico para desencadenar el movimiento característico de “perro mojado”.

Los estudios también revelaron una relación entre estas sacudidas y el rascado o cosquilleo. Dawei Zhang, autor principal del estudio, explicó que en sus experimentos observaron que las sacudidas iban a menudo acompañadas de comportamientos de rascado en los ratones. Esta observación sugiere que los “sensores” C-LTMR también podrían estar implicados en las sensaciones de cosquilleo.

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