
El secreto de regeneración de los ajolotes: ¿clave para humanos en el futuro?
Un nuevo estudio revela cómo los ajolotes regeneran extremidades mediante enzimas y genes específicos que controlan el ácido retinoico, ofreciendo potencial para futuras aplicaciones médicas en humanos.

Los ajolotes, habitantes nativos de México actualmente en peligro crítico de extinción, han cautivado a la comunidad científica por su asombrosa capacidad de regeneración. Estos anfibios poseen un secreto antienvejecimiento y cicatrización de heridas que los convierte en sujetos de estudio fascinantes.
La Magia de la Regeneración de los Ajolotes
Cuando un arbusto afilado interrumpe la cola de un ajolote o este pierde un brazo en una confrontación con un depredador, la salamandra no solo espera pasivamente; entra en un proceso extraordinario de recuperación. En cuestión de semanas, la parte del cuerpo que le falta vuelve a crecer como nueva, exactamente igual a la original. Durante años, los científicos se han preguntado cómo es posible esta hazaña.
Un nuevo estudio ha arrojado luz sobre el mecanismo complejo detrás de la regeneración de extremidades en los ajolotes. Los investigadores descubrieron que una enzima llamada CYP26B1 juega un papel crucial al regular la cantidad de ácido retinoico, un componente esencial para la diferenciación y crecimiento celular, en el sitio de la lesión.
El ácido retinoico actúa como una señal que indica a las células qué tipo de tejido deben construir. La cantidad presente determina si se regenera un brazo completo, una mano o incluso solo un dedo. Esta precisión molecular es asombrosa y ofrece pistas valiosas para comprender cómo los humanos podrían replicar esta capacidad.
El Gen Shox: Un Maestro Constructor
Además del papel del ácido retinoico, el estudio también identificó el gen Shox como un factor clave en la regeneración de huesos. Este gen está inicialmente involucrado en la creación de huesos largos durante el desarrollo embrionario y luego se reactiva para reconstruir los huesos perdidos durante la regeneración.
La combinación de estas dos piezas del rompecabezas, la regulación del ácido retinoico y la activación del gen Shox, permite a los ajolotes llevar a cabo una regeneración tan precisa y eficiente.
El hallazgo de que tanto los humanos como los ajolotes poseen el material genético necesario para la regeneración plantea una pregunta fascinante: ¿Podremos algún día recuperar nuestra capacidad perdida? Aunque en los mamíferos esta habilidad se limita a la regeneración de las yemas de los dedos en recién nacidos, existe la posibilidad de que podamos liberar estas capacidades ocultas a través de manipulaciones genéticas o el uso de células madre.
Investigaciones actuales se centran en comprender cómo las células madre humanas pueden ser inducidas a producir múltiples tejidos a la vez, un requisito esencial para regenerar una extremidad completa. La investigación sobre los ajolotes podría proporcionar las claves para este avance.
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