
El universo tiene fecha de caducidad: estudio revela su fin mucho antes de lo previsto
Un nuevo estudio revela que el universo tendrá una fecha de caducidad en "solo" 10⁷⁸ años, mucho antes de lo estimado, debido a la radiación de Hawking que hará desaparecer incluso los agujeros negros.

El universo, en su inmensidad y complejidad, siempre ha fascinado a la humanidad. Desde los albores del conocimiento, nos hemos preguntado por su origen, su destino y nuestro lugar en este cosmos tan vasto. Ahora, un nuevo estudio publicado en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics nos ofrece una perspectiva perturbadora sobre el futuro del universo: podría llegar a un Fin universo mucho antes de lo que se pensaba.
El equipo de investigación, encabezado por el astrofísico Heino Falcke de la Universidad de Radboud en Países Bajos, ha redefinido cómo y cuándo desaparecerán las últimas huellas de existencia en el cosmos. Su hallazgo más inquietante es que las estrellas muertas, los agujeros negros y los objetos más densos del universo se desvanecerán por completo mucho antes de lo que se creía anteriormente.
El Suspiro Final del Cosmos
En lugar de un estallido catastrófico, el fin del universo se prevé como un suspiro gradual. Durante miles de millones de años, las estrellas arderán hasta agotar su combustible, los planetas se congelarán y la materia será tragada por agujeros negros. Finalmente, en la más profunda oscuridad, ni siquiera los agujeros negros sobrevivirán.
Lo que antes se pensaba que ocurriría dentro de 10¹¹⁰⁰ años (un número tan enorme que escapa a nuestra comprensión), ahora se estima que sucederá en “solo” 10⁷⁸ años. A pesar de que este nuevo cálculo sigue siendo descomunal, desde una perspectiva cosmológica, representa un acelerón hacia la nada.
La Radiación de Hawking: La Semilla del Fin
El proceso detrás de este desenlace se conoce como radiación de Hawking. Esta teoría, propuesta por Stephen Hawking en los años 70, describe cómo los agujeros negros, en lugar de ser tumbas eternas, pierden masa lentamente al emitir partículas. Esta fuga cuántica, casi imperceptible, es la semilla del fin: con el tiempo, incluso los objetos más compactos y densos terminarán desvaneciéndose.
Falcke y su equipo profundizaron aún más. No se limitaron a los agujeros negros. Aplicaron el concepto de radiación de Hawking a otros objetos ultra densos como las enanas blancas y las estrellas de neutrones, encontrando que su evaporación no depende de la presencia de un horizonte de eventos, sino de algo aún más inquietante: la curvatura misma del espacio-tiempo.
Según sus cálculos, tanto las estrellas de neutrones como los agujeros negros de masa estelar desaparecerán en 10⁶⁷ años. Este hallazgo es sorprendente porque se pensaba que los agujeros negros, al tener una gravedad extrema, deberían evaporarse mucho más rápido. Sin embargo, la clave está en su naturaleza sin superficie: los agujeros negros reabsorben parte de su propia radiación, frenando su evaporación.
Esto significa que incluso los objetos considerados “eternos” tienen un final escrito. No quedará ni rastro de materia. Solo vacío. Silencio. Oscuridad. Este Fin universo nos recuerda la fugacidad de todo lo que conocemos, incluida la propia existencia humana.
La Existencia Humana en el Contexto del Cosmos
Si bien la humanidad podría no ser testigo del último suspiro del universo, la certeza de su fin nos obliga a reflexionar sobre nuestro lugar en este cosmos. Nos recuerda lo frágiles, temporales y extraordinarios que somos. La ciencia, a través de descubrimientos como este, no solo busca respuestas sobre el universo, sino que también nos conecta con lo esencial, con la urgencia de vivir y comprender mientras aún hay luz.
Compartir noticia