
La luz invisible que todos emitimos: ¿Una señal de vitalidad?
Todos los seres vivos emiten una luz ultradébil imperceptible para el ojo humano, llamada UPE, que desaparece al morir y se relaciona con la vitalidad.

El fascinante mundo de la biología a menudo alberga secretos que escapan a nuestra percepción sensorial. Uno de estos misterios reside en la luz invisible emitida por todos los seres vivos, una radiación imperceptible para el ojo humano pero esencial para comprender su funcionamiento interno.
El resplandor vital que emiten los seres vivos
En la década de 1980, se descubrió la emisión de luz ultravioleta (UPE) en organismos como los ratones. Desde entonces, esta fenómeno ha despertado la curiosidad de numerosos científicos, quienes buscan desentrañar sus mecanismos y aplicaciones potenciales.
La conexión entre la UPE y la estabilidad vital
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han realizado estudios pioneros en este campo, demostrando que la UPE está estrechamente relacionada con la estabilidad vital de los organismos. Esta radiación se genera a partir de reacciones químicas internas, específicamente en el proceso de producción de especies reactivas de oxígeno (ROS).
Las ROS son moléculas altamente reactivas que, aunque juegan un papel crucial en la señalización celular, pueden causar daño si se producen en exceso. Es precisamente este desequilibrio químico lo que da lugar a la emisión de fotones, la luz invisible que caracteriza a la UPE.
Para poder detectar esta radiación tan débil, los científicos han desarrollado recintos ultraoscuros que bloquean toda la luz ambiental. En estos entornos especiales, se utilizan cámaras sensibles capaces de capturar los fotones emitidos por los organismos vivos.
Los experimentos realizados con ratones y plantas han revelado patrones interesantes en la emisión de UPE. Se ha observado que la intensidad de esta radiación aumenta con la temperatura y las lesiones en los tejidos vegetales, mientras que en los ratones, la UPE persiste incluso después de su sacrificio, lo cual sugiere una conexión profunda entre este fenómeno y la vida misma.
Los hallazgos obtenidos a través del estudio de la UPE abren un abanico de posibilidades para comprender los procesos biológicos de manera más profunda. Esta técnica no invasiva permite analizar la vitalidad de los animales y las respuestas de las plantas al estrés sin necesidad de etiquetarlas o interferir en su desarrollo natural.
En el futuro, la investigación en este campo podría conducir a aplicaciones médicas innovadoras para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, así como a un mayor conocimiento sobre la interacción entre seres vivos y su entorno.
Compartir noticia