La uña del pulgar, clave para el éxito de los roedores en el planeta

Los roedores dominan el planeta gracias a sus poderosas incisivos y una uña única en su pulgar que les permite manipular alimentos difíciles, como semillas y frutos secos.

Los tetrápodos, esos seres vivos que poseen cuatro extremidades, incluyendo a los humanos, utilizan sus patas y manos para interactuar con el entorno de manera activa. A través de ellas se desplazan, persiguen o huyen, se alimentan, y luchan por la reproducción. En mamíferos, reptiles, aves y, en menor medida, anfibios, sus extremidades presentan estructuras ricas en queratina que adoptan formas como garras, pezuñas o uñas.

La peculiaridad de los roedores

Se suponía que los roedores poseían garras en todos sus dedos. Sin embargo, un amplio estudio publicado en la revista Science revela que esta afirmación solo es válida para cuatro de sus dedos. El quinto dedo, el pulgar, presenta una uña muy similar a la humana en la mayoría de las especies. Los autores del estudio sugieren que este pulgar distintivo les ha brindado una ventaja en la conquista del planeta.

Los roedores, conocidos por su éxito en la diversificación y expansión global, han logrado acceder a recursos alimenticios sin competencia, como semillas y frutos secos. Estos alimentos, como las bellotas, son difíciles de obtener y se sabe que los roedores los manipulan gracias a sus fuertes incisivos y músculos mandibulares. Sin embargo, el estudio propone que la presencia de la uña en el pulgar podría mejorar el agarre, trabajando en conjunto con los incisivos para proporcionar un mejor acceso a estos recursos.

La destreza manual de los roedores

La uña del pulgar aporta a los roedores una notable destreza manual. Al igual que el pulgar oponible en primates y humanos, les permite manipular objetos con precisión y agilidad. A diferencia de las garras, que son largas y se curvan sobre las puntas de los dedos, las uñas son más cortas y anchas, asentándose sobre las almohadillas sensibles y vascularizadas de las puntas de los dedos. Esta característica probablemente les permite un mejor agarre y una manipulación más precisa de objetos.

El estudio destaca la íntima conexión entre la forma anatómica y la función, un aspecto clave en la evolución de los humanos y grandes simios. Esta relación se observa tanto en primates como en roedores, aunque con diferencias notables. Mientras que los primates, especialmente los humanos, poseen una destreza manual excepcional para manipular objetos con los dedos de una mano gracias al pulgar oponible, los roedores utilizan principalmente sus pulgares para agarrar y manipular objetos con ambas manos.

Estudios recientes de la corteza motora revelan similitudes y diferencias en los circuitos cerebrales relacionados con la destreza de ratones y primates. Estos hallazgos subrayan la complejidad del desarrollo de la destreza manual y la diversidad de estrategias evolutivas que han dado lugar a las habilidades manuales observadas en estos dos grupos de animales.

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