
Los pulpos: maestros del movimiento con sus ocho brazos
Los pulpos son animales altamente táctiles que usan sus ocho brazos de forma independiente para realizar diversas tareas, como explorar el entorno y atrapar presas.

Más allá de los desafíos tradicionales de la gimnasia infantil, como coordinar movimientos con ambos brazos, existe un fascinante ejemplar en el reino animal que ha cautivado a los científicos por su destreza: el pulpo. Estos cefalópodos poseen una capacidad asombrosa para realizar tareas específicas con cada uno de sus ocho brazos, demostrando una coordinación superior a la que podemos imaginar.
El Pulpo: Un Maestro de la Coordinación
Un estudio publicado en Scientific Reports revela cómo los pulpos reservan determinadas extremidades para tareas específicas. Los investigadores sugieren que, debido a esta habilidad, el pulpo es un animal excepcionalmente táctil, incluso más que visual.
Biólogos marinos de Estados Unidos han realizado un estudio exhaustivo sobre 25 pulpos pertenecientes a tres especies distintas y habitando seis ecosistemas diferentes en Europa y América. Registraron más de 4.000 movimientos de sus brazos para elaborar un etograma, un catálogo que describe las conductas o acciones de la especie. Identificaron 15 conductas, desde esconderse hasta aparearse, y 12 movimientos con los ocho brazos que pueden adoptar cuatro deformaciones básicas: alargarse, encogerse, estirarse o torcerse.
Un Sistema Nervo-Muscular Complejo
Cada brazo posee un conjunto muscular único, con cuatro tipos de músculos: transversales, de cabeza a extremo (longitudinales), oblicuos y circulares. Estos rodean un nervio axial que recibe los estímulos sensoriales y distribuye las instrucciones a cada parte del brazo. Lo fascinante es que los pulpos pueden deformar cada uno de los tres segmentos de cada pata de forma diferente e independiente.
Además, cada ventosa, equipada con miles de neuronas, actúa como un órgano sensorial complejo, equivalente a la nariz, los labios y la lengua humanos combinados. Un pulpo posee aproximadamente 500 millones de neuronas, la mayoría distribuidas en sus patas y ventosas, lo que sugiere un sistema nervioso descentralizado.
La investigación sobre los pulpos tiene implicaciones significativas para el desarrollo de robots más flexibles y capaces. El ejército estadounidense ha financiado parte de este estudio con la idea de crear brazos robóticos con gran agilidad y sensibilidad, capaces de realizar tareas complejas en entornos difíciles, como rescatar personas después de un desastre natural.
El descubrimiento de cómo los pulpos coordinan sus movimientos con tal precisión abre nuevas posibilidades en el campo de la robótica, permitiendo el diseño de sistemas más avanzados y eficientes para diversas aplicaciones.
Los pulpos se consideran "marcianos de la evolución" debido a su inteligencia desarrollada en una línea paralela a la de los humanos. Su sistema nervioso descentralizado y su capacidad para realizar tareas específicas con cada brazo representan adaptaciones evolutivas únicas que continúan fascinando a los científicos.
El estudio de estos increíbles animales no solo nos ayuda a comprender mejor el funcionamiento del cerebro, sino que también nos inspira a desarrollar nuevas tecnologías basadas en la naturaleza.
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