
Redes sociales elevan síntomas depresivos en preadolescentes, según estudio
Un estudio confirma que el uso excesivo de redes sociales en preadolescentes aumenta los síntomas depresivos, evidenciando la influencia negativa en su salud mental.

Un estudio reciente llevado a cabo por la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y publicado en la prestigiosa revista JAMA Network Open ha arrojado luz sobre la relación entre el uso de redes sociales y la salud mental de los preadolescentes. El trabajo, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, analiza el impacto del uso redes en el desarrollo emocional de niños en una etapa crítica de su vida.
El estudio, considerado uno de los primeros en aplicar un seguimiento individualizado a lo largo del tiempo, zanja el eterno debate sobre la influencia de las plataformas digitales en la salud mental. Los hallazgos demuestran que el aumento en el tiempo dedicado a las redes sociales precede y alimenta el desarrollo de síntomas depresivos en menores.
Un vínculo claro entre hábitos digitales y estado emocional
El equipo investigador, liderado por el profesor Jason Nagata del Departamento de Pediatría de UCSF, siguió a casi 12.000 niños desde los 9 hasta los 13 años, examinando no solo la evolución de sus hábitos de conexión en línea, sino también el estado de su salud mental. La fotografía es contundente: durante los tres años de seguimiento, el tiempo diario dedicado a las redes sociales se disparó, pasando de siete minutos a más de una hora (73 minutos diarios). Concomitantemente, los síntomas depresivos de los participantes aumentaron un 35%.
Este dato, por sí solo, ya dibuja la magnitud del fenómeno. Sin embargo, el enfoque metodológico añade matices reveladores. La investigación utilizó el análisis individual de cada niño, en relación con su propio desarrollo y no mediante comparaciones entre grupos. Esta metodología permitió conectar los cambios en el hábito digital con las fluctuaciones en el estado emocional.
"Ha sido un debate recurrente si las redes contribuyen a la depresión o si, simplemente, quienes ya se encuentran mal tienden a conectar más tiempo", señala Nagata. "Estos resultados aportan evidencia de que las redes sociales pueden estar influyendo en el desarrollo de síntomas depresivos".
Los riesgos ocultos de la vida digital
El mecanismo detrás de este efecto no se entiende aún por completo. Sin embargo, investigaciones previas apuntan hacia varios candidatos de peso: entre ellos, el ciberacoso y las alteraciones en el sueño. De hecho, el equipo de UCSF ha publicado otro análisis centrado en la incidencia del acoso digital sobre la misma cohorte de participantes. Los hallazgos sustentan la alarma: quienes sufrieron ciberacoso entre los 11 y los 12 años fueron 2,6 veces más propensos a comunicar ideaciones suicidas o intentos de autolesión al cabo de un año.
Además, el acoso también elevó las probabilidades de experimentar con el consumo de sustancias: 4,65 veces más con marihuana, 3,37 más con nicotina y casi el doble con alcohol. Este panorama complica aún más la situación, ya que las redes sociales se han convertido en el "foro" en el que se concentra buena parte de la vida social adolescente.
El desafío radica en encontrar un equilibrio entre los beneficios y los riesgos de la vida digital. El profesor Nagata ilustra esta complejidad: “Los padres pueden liderar con el ejemplo, promoviendo conversaciones abiertas y no punitivas sobre las pantallas. Establecer momentos libres de dispositivos para toda la familia, como las comidas o antes de dormir, puede ayudar a construir hábitos digitales más saludables para todos, adultos incluidos”.
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