
¿Revolución médica o moda? La microbiota y la ciencia detrás de las pruebas
Los test de microbiota carecen de validez científica para diagnóstico y tratamiento, se comercializan sin supervisión médica y sus recomendaciones no están respaldadas por la ciencia.

En el marco del Día Mundial de la Microbiota (27 de junio), la Sociedad Mexicana de Microbiota (SoMeMi) lanza un llamado a reflexionar sobre la creciente popularidad de los llamados test de microbiota en México, que prometen diagnosticar la salud digestiva a través del análisis de la microbiota intestinal y ofrecer recomendaciones personalizadas. A pesar de que estos estudios se presentan como herramientas innovadoras para conocer desequilibrios bacterianos, la comunidad científica advierte que no son herramientas clínicas válidas para diagnóstico ni para definir tratamientos, ya que sólo reflejan una muestra parcial y atrasada del estado intestinal.
La relevancia de la información científica
Aunque estas pruebas pueden parecer inofensivas, ya que implican sólo una muestra de heces y resultados digitales, expertos advierten que aún carecen de validación clínica suficiente y no están regulados como herramientas médicas. De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) los clasifica como pruebas de bienestar general, lo que significa que no han sido aprobados para emitir diagnósticos ni recomendaciones terapéuticas. La mayoría se comercializa sin supervisión médica, y sus sugerencias dietéticas o de suplementación suelen basarse en interpretaciones que la ciencia aún no respalda de forma concluyente.
Llamado a la responsabilidad
“En el marco del Día Mundial de la Microbiota, desde la Sociedad Mexicana de Microbiota (SoMeMi), hacemos un llamado a no confundir ciencia con tendencia. La microbiota no se interpreta con una tabla de colores ni se trata con una app, requiere evidencia, contexto clínico y conocimiento médico. Por eso, es fundamental fortalecer la educación e informar al consumidor con responsabilidad, para evitar decisiones basadas en promesas sin sustento científico”, advierte Rodrigo Vázquez Frías, presidente de SoMeMi. La microbiota intestinal está compuesta por más de 100 billones de microorganismos que habitan nuestro sistema digestivo y desempeñan funciones vitales, desde la digestión de fibras y producción de vitaminas, hasta la regulación del sistema inmune.
La microbiota y el bienestar global
De hecho, más del 90 % de la serotonina, la llamada “hormona del bienestar”, se produce en el intestino. En México, este tema adquiere una importancia particular, una dieta alta en azúcares, grasas saturadas, picante y alimentos ultraprocesados, combinada con una baja ingesta de fibra, ha contribuido al aumento de malestares digestivos e inflamatorios. A esto se suma que, de acuerdo con la Secretaría de Salud, cerca del 80 % de los casos de gastritis en el país están relacionados con la bacteria Helicobacter Pylori, un microorganismo que provoca inflamación crónica del estómago y altera el equilibrio de la microbiota intestinal.
“Hablar de microbiota también es hablar del futuro de la medicina, ya que la salud intestinal se ha convertido en uno de los pilares del bienestar global. Solo el mercado de probióticos superó los 48 mil millones de dólares en 2019 y casi duplicará su valor para 2027. No hablamos de una moda; hablamos de prevención, salud mental, metabolismo y calidad de vida porque son muchos los ejes relacionados con la microbiota inestinal: pulmón, inmunológico, cerebro, piel, oftálmico, corazón. Creemos que entender la microbiota es mucho más que aplicar una prueba, es reconocer que llevamos dentro un sistema vivo que interactúa con nuestro cuerpo todos los días, y es importante aprender a cuidarlo con base en ciencia”, afirma la Dra. Ana Teresa Abreu y Abreu, vicepresidenta de la Sociedad Mexicana de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SoMeMi).
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