El tomate ancestral dio origen a la papa: Descubrimiento genético asombra al mundo

El estudio revela que la patata moderna se originó hace 8-9 millones de años a partir de un cruce entre un antepasado del tomate y una planta llamada Etuberosum.

El misterio que rodeaba al Origen-papa ha sido finalmente desvelado gracias a un reciente estudio científico que rastrea la ascendencia genética de esta popular raíz hasta un evento botánico fascinante ocurrido hace millones de años.

Un romance vegetal con consecuencias para la historia de la comida

El tomate, ese ingrediente tan común en nuestras cocinas, no solo es el responsable del delicioso sabor de las salsas y platos italianos. Un estudio publicado en la prestigiosa revista Cell revela que este pequeño fruto jugó un papel fundamental en la aparición de la papa, una de las fuentes alimenticias más importantes del mundo.

Resulta que hace entre ocho y nueve millones de años, un ancestro del tomate se cruzó con otra especie vegetal antigua, dando lugar a un nuevo híbrido llamado "Petota". Este cruce botánico resultó en la combinación genética perfecta para dar origen al tubérculo grueso y almidonado que conocemos como papa.

El legado genético del tomate en el tubérculo

Los científicos descubrieron que el grupo híbrido heredó una mezcla de genes de los dos grupos de plantas ancestrales, lo que permitió la producción de un tubérculo robusto. El tomate donó el gen SP6A, responsable de activar la tuberización (el proceso de formación del tubérculo), mientras que el otro ancestro aportó el gen IT1, que controla el crecimiento del tubérculo.

Esta combinación genética fue crucial para la adaptación de las plantas a las nuevas condiciones ambientales. La cordillera de los Andes comenzó a elevarse en Sudamérica hace unos 10 millones de años, creando nuevos entornos fríos y secos. Los tubérculos de Petota, que almacenan energía, permitieron a estas nuevas plantas expandirse a estos nuevos hábitats en los altos Andes.

El futuro de la papa: semillas y resistencia

Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para el cultivo de papas más sanas y resistentes. Los investigadores esperan poder utilizar la tomatera como plataforma para introducir nuevos genes en la papa, aprovechando que está prácticamente libre de mutaciones perjudiciales.

En el futuro, se podría desarrollar una semilla de papa que elimine las mutaciones dañinas, mejorando su calidad nutricional y resistencia a enfermedades. Este avance sería un hito importante en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria a nivel mundial.

El estudio nos recuerda que la hibridación juega un papel fundamental en la evolución de las plantas y cómo eventos botánicos pasados pueden tener consecuencias significativas para nuestra alimentación actual. El Origen-papa se convierte así en una historia fascinante de adaptación, supervivencia y transformación genética.

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