
Boris Nadezhdin desafía a Putin y la guerra en Ucrania

Boris Nadezhdin, el candidato del Partido de la Paz ruso, está desafiando abiertamente las políticas de Putin y la guerra en Ucrania al buscar la presidencia de Rusia. A pesar de enfrentar obstáculos por parte del Kremlin para su registro, Nadezhdin ha logrado aglutinar un apoyo sorprendente entre los rusos que se oponen a la guerra en Ucrania, así como entre la oposición encarcelada y en el exilio.
Desafío al Kremlin
En su programa electoral, Nadezhdin ha llamado a traer de vuelta a casa a los soldados que están combatiendo en Ucrania, y ha calificado el inicio de la operación militar especial como un "error fatal". Sin embargo, su registro como candidato para las elecciones presidenciales de marzo próximo está en riesgo, ya que necesita recolectar 100 mil firmas en un corto período de tiempo, y el apoyo del Kremlin a su candidatura es escaso. En contraste, el candidato opositor ha logrado atraer el interés de un número significativo de ciudadanos rusos, generando colas frente a sus cuarteles electorales en todo el país.
Apoyo popular
El fenómeno social alrededor de Nadezhdin ha provocado largas filas de personas, incluyendo jóvenes que participan por primera vez en unas elecciones presidenciales. A pesar de las bajas temperaturas en regiones siberianas, la participación en la recolección de firmas ha sido notable, con más de 183 mil personas ya registradas en favor de su candidatura. Muchos rusos ven en esta campaña de firmas la única forma legal de protestar contra el gobierno y la guerra.
Apoyos inesperados
El candidato ha recibido un impulso significativo en las redes sociales por parte de aliados del encarcelado líder opositor Alexéi Navalni, así como el respaldo de prominentes blogueros del país. Incluso la esposa de Navalni, Yulia Naválnaya, ha firmado en apoyo a la candidatura de Nadezhdin. Este apoyo inesperado ha contribuido a su creciente visibilidad y relevancia en la escena política rusa.
Desafíos por delante
A pesar de su repentina ascensión y el apoyo popular que ha generado, Nadezhdin enfrenta la incertidumbre de su registro como candidato presidencial. Aunque reconoce que la comisión electoral podría tener motivos para excluirlo, ha rechazado las firmas recolectadas en el exilio y niega ser un proyecto del Kremlin o del magnate Mijaíl Jodorkovski. Con una campaña financiada exclusivamente por donaciones privadas, Nadezhdin representa una alternativa sorprendente en las elecciones presidenciales rusas.
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