El presidente López Obrador reiteró su compromiso con los padres de las víctimas de Ayotzinapa, asegurando que continúan trabajando para esclarecer los hechos. A cinco años del inicio de su gobierno, resulta evidente que aún hay muchos pendientes por resolver. Durante este tiempo, se ha cuestionado la duración de las investigaciones, la versión de las indagaciones previas y la detención del ex procurador Jesús Murillo Karam bajo cargos de desaparición forzada, lo cual resulta controversial. Si bien es posible que Murillo haya cometido errores en su labor, acusarlo de desaparición forzada parece excesivo. Responsabilizar a las autoridades puede tener motivaciones políticas y no contribuye a esclarecer los hechos. Aunque es comprensible que los padres busquen justicia y venganza, encarcelar al ex procurador no logra aclarar lo sucedido ni detener a los verdaderos culpables. Es necesario seguir investigando y, en particular, se debe profundizar en la participación del Ejército en aquellos hechos. Los padres insisten en que se aclare el rol de las fuerzas militares esa noche. Los esfuerzos del subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, no han sido suficientes para brindar una explicación completa de los acontecimientos. La liberación de varios detenidos señalados como responsables o testigos de los crímenes por parte del gobierno de la 4T es otro aspecto preocupante. Durante cuatro años, esta administración se ha enfocado en culpar a gobiernos anteriores, pero ha sido incapaz de contradecir la versión oficial presentada por Murillo. AMLO afirma que no han fallado, pero los padres de las víctimas siguen esperando respuestas concretas. Es necesario dejar de encubrir al Ejército y seguir buscando la verdad. El tiempo se agota y los padres merecen justicia.
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