
Creatina: ¿Nuevo tratamiento para combatir el efecto del sueño perdido?
La creatina, además de mejorar el rendimiento físico, se está estudiando por su potencial en la función cognitiva, especialmente para combatir los efectos del sueño deficiente.

La creatina, junto a las proteínas en polvo y a la ashwagandha, se ha posicionado como uno de los suplementos estrella para quienes realizan actividad física intensa. Sus beneficios para mejorar la función física son ampliamente estudiados y comprobados. Sin embargo, en los últimos años, la atención se ha centrado también en sus potenciales beneficios para la función cognitiva.
Más allá del ámbito deportivo, la creatina está siendo investigada por su posible impacto en la memoria y la recuperación cerebral. Esta exploración surge del conocimiento de que la creatina desempeña un papel fundamental en la formación de nuevas células y tejidos cerebrales, incluso en la creación de neuronas durante el desarrollo embrionario.
Investigación sobre Creatina y Cerebro
Un ejemplo de esta investigación lo encontramos en los estudios del investigador Ali Gordjinejad, del centro Forschungszentrum Jolich en Alemania. Gordjinejad se preguntó si la creatina podría ayudar a mejorar la memoria a corto plazo y la recuperación cerebral en personas privadas del sueño.
Esta línea de investigación es relevante para grupos como viajeros nocturnos, trabajadores de servicios de emergencia o estudiantes que enfrentan periodos de intenso estudio previos a exámenes. Para probar su hipótesis, Gordjinejad reclutó a 15 participantes y los dividió en dos grupos: uno que recibió un suplemento de creatina y otro un placebo. Los resultados mostraron que el grupo que tomó creatina presentó una velocidad de procesamiento superior, así como mejor rendimiento en pruebas de memoria a corto plazo.
Dosis Controversial
Sin embargo, es importante destacar que los participantes en el estudio tomaron una dosis de creatina 10 veces mayor a la recomendada diariamente. El investigador reconoce que esta dosis tan alta no debería ser utilizada por personas con problemas renales y puede causar molestias estomacales o problemas digestivos incluso en individuos sanos.
Gordjinejad enfatiza la necesidad de continuar investigando para determinar la eficacia y seguridad de la creatina en la mejora de la función cognitiva a dosis más bajas. En próximos ensayos, se probará con dosis más pequeñas para establecer una relación más clara entre la creatina y el rendimiento cerebral.
Otro investigador, Terry McMorris, concluyó tras revisar 15 estudios que no existe evidencia clara que respalde la mejora de la función cognitiva mediante la suplementación con creatina. Un factor a considerar es que muchos de estos estudios se realizaron hace casi un siglo en situaciones poco estrictas.
A pesar de las diferencias en sus conclusiones, tanto McMorris como Gordjinejad coinciden en que es necesario seguir investigando para comprender mejor el potencial de la creatina en la mejora de la memoria y la recuperación cerebral. La exploración de nuevas aplicaciones terapéuticas para la creatina, como la potenciación de la memoria y la recuperación cerebral, abre un campo prometedor para futuras investigaciones en neurociencia.
La investigación continua sobre los efectos de la creatina en el cerebro podría tener un impacto significativo en el desarrollo de estrategias para mejorar la función cognitiva y abordar problemas relacionados con la falta de sueño, ofreciendo nuevas herramientas para el bienestar mental y la calidad de vida.
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