Desaceleración de la inflación en México durante la primera quincena de febrero, reporta Inegi

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha publicado cifras que muestran una desaceleración en la inflación en México durante la primera quincena de febrero. Según los datos, la inflación general anual se sitúa en un 4.45% en los primeros quince días del segundo mes del año, lo que representa una variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor de -0.10 por ciento a tasa quincenal. Además, el Inegi ha precisado que la inflación anual por componente es del 4.63 por ciento para la subyacente y del 3.93 por ciento para la no subyacente.

Impacto en el bolsillo de los mexicanos

Esta desaceleración en la inflación tiene un impacto significativo en el bolsillo de los mexicanos. La inflación, como indicador del aumento generalizado de precios de bienes y servicios, influye directamente en el poder adquisitivo de la población. Una tasa de inflación más baja significa que los precios de los productos y servicios no están aumentando a la misma velocidad que en periodos anteriores, lo que puede representar un alivio para los consumidores.

La inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y energéticos, se ha mantenido en un nivel del 4.63 por ciento, lo que indica que los precios de bienes y servicios en general continúan experimentando incrementos, aunque de manera menos acelerada en comparación con periodos anteriores. Por otro lado, la inflación no subyacente, que incluye los precios de alimentos y energéticos, se sitúa en un 3.93 por ciento, mostrando un comportamiento distinto en comparación con la inflación subyacente.

Perspectivas económicas

Esta desaceleración en la inflación refleja una tendencia que puede influir en las decisiones de política económica en el país. Una inflación controlada puede permitir que el Banco de México mantenga tasas de interés estables o implemente ajustes más moderados, lo que a su vez puede influir en el costo del crédito, el ahorro y la inversión en la economía mexicana. Asimismo, una menor presión inflacionaria puede contribuir a estabilizar el poder adquisitivo de la población, brindando un mayor margen para el consumo y la actividad económica.

Por otro lado, es importante considerar que factores como la evolución de los precios internacionales de los productos básicos, la dinámica del tipo de cambio y la política monetaria a nivel global pueden incidir en la evolución futura de la inflación en México. Por tanto, aunque la desaceleración actual es una noticia positiva, es necesario estar atentos a los posibles cambios en el entorno económico que puedan influir en la dinámica inflacionaria del país.

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