El combate al crimen organizado en México sigue presentando desafíos para el gobierno actual. A pesar de las promesas de disminuir la violencia en el país, la realidad muestra un panorama preocupante.
Durante los últimos meses, los casos de incidencia delictiva han aumentado, contradiciendo las cifras oficiales. La violencia sigue siendo una problemática latente en México, con altos índices de homicidios dolosos y violencia de género.
La reciente detención y liberación de Ovidio Guzmán, así como el desistimiento de cargos contra Salvador Cienfuegos, demuestran la influencia y predominio del crimen organizado en el país. La presencia de caravanas de hombres armados en algunas localidades, como el caso de San Gregorio Chamic, evidencia la falta de seguridad por parte de las autoridades.
Además, un estudio publicado por la revista Science revela que los cárteles mexicanos son uno de los principales empleadores en el país. Esto muestra cómo el narcotráfico está ocupando un espacio que debería ser responsabilidad del Estado, generando empleo y beneficios a costa de actividades ilícitas.
Ante esta situación, es necesario hacer un análisis profundo y generar cambios estructurales en el combate al crimen organizado. La próxima elección en 2024 será una oportunidad para evaluar si se mantendrá la misma estrategia o si se buscará un enfoque más efectivo, que incluya el desarrollo de los municipios, educación y empleo de calidad, y una institución de seguridad capaz de enfrentar a los cárteles.
En conclusión, el gobierno actual enfrenta grandes desafíos en la lucha contra el crimen en México. La violencia y la influencia del crimen organizado continúan en aumento, y se requiere una estrategia más efectiva y comprometida para poder garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
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