
Desintegración de la caravana 'Éxodo de la pobreza' en Oaxaca, conflictos y retornos forzados

La caravana ‘Éxodo de la pobreza’ que recorrió territorio oaxaqueño llegó a su fin y se desintegró en el municipio de Jalapa del Marqués. Tras enfrentarse a dificultades en su ruta, los coordinadores confirmaron que el gobierno de Oaxaca ofreció camiones de la línea Istmeños para trasladar a los migrantes por el estado de Veracruz. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando 10 autobuses fueron detenidos en Tierra Blanca y Acayucán, municipios de Veracruz, acusados de tráfico ilegal de personas. Como resultado, algunos migrantes aceptaron regresar a Oaxaca, mientras que otros continuaron su ruta hacia Veracruz.
Conflictos con las autoridades
La caravana, compuesta mayoritariamente por migrantes de Centro y Sudamérica, incluyendo personas de Honduras, Guatemala y Venezuela, experimentó un revés significativo cuando 10 autobuses fueron retenidos en Veracruz. Los coordinadores de la caravana denunciaron amenazas por parte de las autoridades, quienes les exigieron detener sus demandas de camiones y visas humanitarias. Esto llevó a la decisión de los coordinadores de continuar solos hacia su destino en los Estados Unidos.
Desilusión y dispersión
La desintegración de la caravana generó sentimientos de tristeza y desilusión entre los migrantes, quienes se dispersaron en diversos municipios del Istmo de Tehuantepec. Algunos decidieron regresar a Oaxaca, mientras que otros continuaron su recorrido hacia Veracruz. Las dificultades no se hicieron esperar, con relatos desgarradores de madres como Jennifer Hernández, de 30 años, quien viaja con sus dos hijos pequeños en busca de reunirse con su esposo en Estados Unidos. La falta de garantías, sumada a la precariedad en la que se encontraban, los obligó a tomar decisiones difíciles para continuar su travesía.
Condiciones precarias y falta de apoyo
A lo largo de su travesía, los migrantes se encontraron en condiciones extremadamente precarias, teniendo que pedir ayuda en cruceros para alimentar a sus hijos, con limitado acceso a servicios médicos y con escaso apoyo por parte de las autoridades. El arribo masivo de personas migrantes por la frontera sur ha creado una situación delicada, con cientos de personas que llegan diariamente y se ven obligadas a hospedarse en hoteles, dormir en la calle o en terminales de autobuses. A pesar de ello, el refugio temporal habilitado por el gobierno el año pasado cerró sus puertas a principios de este año, dejando a los migrantes sin protección ni apoyo oficial.
Retenciones y acusaciones
En un nuevo giro de los acontecimientos, familiares de 10 choferes de la línea de transportes “Istmeños” montaron un bloqueo carretero para exigir la liberación de sus seres queridos, quienes fueron detenidos por presunto tráfico ilegal de personas al trasladar a los migrantes de la caravana. Los familiares denunciaron que el gobierno de Oaxaca, a través de los Delegados de Paz en Juchitán, contrató los servicios de estos autobuses para trasladar a los migrantes hacia Veracruz, sin informar a las autoridades de Veracruz ni a las de migración. Ante esta situación, exigieron la liberación inmediata de los choferes y el apoyo directo del gobierno de Oaxaca, señalando que esta detención constituía un abuso y una violación a los derechos humanos de los choferes.
Situación incierta
La desintegración de la caravana ‘Éxodo de la pobreza’ en Oaxaca ha dejado al descubierto la complejidad de la situación migratoria en la región. Mientras algunos migrantes regresaron a su punto de partida y otros continuaron su camino hacia Veracruz, los choferes detenidos y sus familias exigen justicia y apoyo por parte de las autoridades. En medio de estas circunstancias, la incertidumbre y la precariedad siguen marcando el día a día de cientos de migrantes que, en busca de mejores condiciones de vida, enfrentan numerosos obstáculos y desafíos en su travesía hacia Estados Unidos.
Compartir noticia