El deporte al rojo vivo: ¿cómo afecta el cambio climático a los atletas?

La crisis climática impacta cada vez más el deporte, causando efectos como calor extremo durante eventos, cambios en rendimiento y dificultades para la práctica de ciertos deportes debido a la pérdida de nieve.

El deporte, una actividad que históricamente ha estado estrechamente ligada al entorno natural, ahora se enfrenta a un desafío sin precedentes: el cambio climático. Las temperaturas globales en aumento están transformando paisajes deportivos, afectando el rendimiento de los atletas y planteando interrogantes sobre el futuro mismo de las competiciones deportivas.

El Deporte en un Mundo Caliente: Una Lucha por la Adaptación

Desde las pistas de esquí cubiertas por nieve artificial hasta los campos de rugby erosionados por el aumento del nivel del mar, el impacto del cambio climático se siente en todas las facetas del deporte. Los Juegos Olímpicos, considerados la máxima expresión deportiva a nivel mundial, no son inmunes a estos cambios. La organización de Los Ángeles 2028 trabaja en proyectos para reducir su huella ambiental, como expandir las líneas de trenes ligeros y aumentar la flota de autobuses eléctricos, pero el desafío es enorme.

El béisbol, por ejemplo, ha experimentado un aumento significativo en los jonrones debido a las temperaturas más elevadas que reducen la resistencia del aire. Esta adaptación, aunque positiva para el espectáculo, también ilustra cómo el cambio climático está alterando las reglas del juego. Otras disciplinas deportivas, como el esquí y el biatlón, se ven obligadas a recurrir a la nieve artificial debido a la reducción de la nieve natural en los lugares donde tradicionalmente se celebran las competiciones.

Estas adaptaciones no solo son costosas en términos financieros, sino que también tienen un impacto ambiental significativo. La producción de nieve artificial consume grandes cantidades de energía y recursos, lo que contribuye al problema del cambio climático. Además, el aumento del nivel del mar amenaza con inundar terrenos deportivos y afectar la infraestructura existente.

Un Desafío para las Generaciones Futuras

Jessica Murfree, experta en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, advierte que las futuras generaciones de atletas podrían verse afectadas por la falta de recursos adecuados para adaptarse al calentamiento global. Los deportes de iniciación no cuentan con instalaciones techadas o horarios nocturnos para entrenar en climas extremos, lo que puede limitar el acceso y el desarrollo de los jóvenes atletas.

El cambio climático también exacerba las desigualdades existentes. Las comunidades vulnerables con presupuestos limitados enfrentan mayores dificultades para adaptarse a los nuevos desafíos del deporte, lo que aumenta la brecha entre las naciones desarrolladas y en desarrollo. El ejemplo de Fiyi, un país que ha perdido campos de rugby debido a la erosión costera, ilustra cómo el cambio climático puede afectar a las naciones más pequeñas y menos preparadas.

La Llamada a la Acción: Reducir la Huella del Deporte

Ante estos desafíos, el deporte se ha visto obligado a tomar medidas para reducir su huella de carbono. Las villas de atletas sin aire acondicionado, como la de París 2024, y el uso de camas hechas de material reciclado en los últimos Juegos Olímpicos son ejemplos de esfuerzos por minimizar el impacto ambiental. La NBA también ha implementado cambios en sus calendarios para reducir los viajes, lo que contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. FIFPRO, el sindicato global de jugadores, ha pedido una revisión de los protocolos para el Mundial de Clubes 2026, considerando cambios de horario y pausas más largas debido a las condiciones climáticas extremas que pueden afectar la salud y el rendimiento de los atletas.

La respuesta a estos desafíos marcará la capacidad del deporte para adaptarse al cambio climático y garantizar su sostenibilidad en el futuro. La organización de eventos deportivos como Los Ángeles 2028, con sus esfuerzos por reducir su huella ambiental, establece un precedente importante para el desarrollo de un deporte más consciente y responsable con el planeta.

En definitiva, el deporte se enfrenta a una encrucijada: adaptarse al cambio climático o ser víctima de él. La elección depende de la voluntad política, la inversión en infraestructura sostenible y la responsabilidad individual de cada actor involucrado en el mundo deportivo.

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