El sudor no brota en gotas, sino que forma una película líquida sobre la piel

Un nuevo estudio revela que el sudor no emerge en forma de gotas, sino que se acumula como una película líquida sobre la piel antes de expandirse.

Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Arizona ha revolucionado nuestra comprensión del sudor, demostrando que no emerge en forma de gotas individuales como se creía comúnmente, sino que se acumula como una película invisible en la superficie de la piel.

Cómo brota el sudor

El estudio, publicado en el Journal of The Royal Society Interface, utiliza una combinación de técnicas avanzadas para investigar la dinámica del sudor a nivel microscópico. Los resultados desafían la imagen tradicional del sudor como gotas hemisféricas y revelan un proceso mucho más complejo y dinámico.

Según los investigadores, el sudor se forma inicialmente como una película fina que se extiende lentamente por la piel al unirse pequeñas cantidades de líquido provenientes de diferentes poros. Esta capa húmeda es casi imperceptible para el ojo humano hasta que se satura y comienza a humedecer visiblemente la superficie cutánea. Este proceso se ve influenciado por la interacción entre el sudor, la capa más externa de la piel (estrato córneo) y la sal.

El estrato córneo, compuesto por células muertas, actúa como una esponja capaz de absorber hasta el 70% de su volumen en agua. Al absorber parte del sudor, retrasa su aparición en la superficie, creando un retraso inicial antes de que se forme la película visible. Además, los restos de sal que quedan en la piel después de la evaporación del sudor modifican el comportamiento del líquido, facilitando su expansión como película desde el inicio.

Las gotas de sudor se forman cuando la cantidad de sudor producido supera la capacidad de evaporación o distribución como película. En estos casos, el líquido comienza a acumularse en ciertos puntos, formando gotas debido a la tensión superficial. Es decir, lo que observamos como gotas no es el inicio del sudor, sino su manifestación final cuando el sistema de enfriamiento natural del cuerpo está trabajando al máximo y no logra dispersar todo el líquido generado.

Este nuevo conocimiento sobre la formación de películas líquidas tiene implicaciones significativas en diversas áreas. En diseño de textiles más eficaces que puedan gestionar mejor la humedad generada por sudoración, desarrollo de sensores portátiles más precisos para medir la actividad suprarrenal y diagnóstico de afecciones relacionadas con la sudoración como la hiperhidrosis o la anhidrosis.

Además, las conclusiones del estudio pueden influir en el desarrollo de productos cosméticos o farmacológicos que actúen sobre la piel, optimizando su interacción con una superficie que no es tan seca o lisa como se asume comúnmente. El modelo actualizado de sudoración desafía la visión tradicional y abre nuevas perspectivas para comprender mejor la compleja interacción entre el cuerpo humano y el entorno.

El estudio también sugiere que este comportamiento de sudoración en forma de película podría ser más natural de lo que se creía antes de la existencia del jabón y el lavado frecuente, cuando la piel acumulaba sal. En esas condiciones, la sudoración en forma de película sin gotas previas podría haber sido la norma.

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