NASA suspende lanzamiento de cápsula Starliner de Boeing por problemas técnicos

Los preparativos para el lanzamiento de la cápsula Starliner de Boeing con destino a la Estación Espacial Internacional se vieron interrumpidos cuando los dos pilotos de pruebas de la NASA ya habían abrochado sus cinturones de seguridad. Dos horas antes del lanzamiento, la cuenta regresiva fue suspendida debido a un problema con una válvula de liberación de oxígeno en la etapa superior del cohete Atlas de la compañía, según informó Dillon Rice, ingeniero de United Launch Alliance.

Hasta el momento no se ha anunciado cuándo se intentará nuevamente enviar a los pilotos de pruebas hacia la Estación Espacial Internacional, donde está previsto que pasen una semana. Este contratiempo representa un obstáculo más para la primera tripulación espacial de Boeing, que ha esperado durante años debido a problemas técnicos con la cápsula.

Antecedentes de problemas con la cápsula Starliner

La cápsula Starliner de Boeing ha enfrentado dificultades en el pasado. En su primer vuelo de prueba no tripulado en 2019, no logró llegar a la Estación Espacial Internacional, lo que obligó a repetir el lanzamiento. Posteriormente, la compañía encontró problemas con los paracaídas y con cinta aislante. A pesar de estos inconvenientes, la nueva vagoneta de Boeing se encuentra lista para recoger a los pilotos de pruebas en su próximo intento de lanzamiento.

Hace una década, la NASA contrató a Boeing y a SpaceX para llevar y traer a astronautas hacia y desde la estación espacial, después de que concluyó el programa de transbordadores espaciales. Esta decisión implicó el pago de miles de millones de dólares a las compañías privadas, con el objetivo de garantizar el acceso al espacio. SpaceX ha estado llevando a cabo traslados orbitales desde 2020, mientras que Boeing ha enfrentado desafíos técnicos para cumplir con sus compromisos.

El primer vuelo de prueba no tripulado de Starliner en 2019 terminó en la órbita equivocada y no logró alcanzar la estación espacial, lo que obligó a Boeing a realizar una repetición de la demostración antes de poder llevar a astronautas a bordo. Después de revisiones adicionales el año pasado, la compañía tuvo que solucionar problemas con los paracaídas de la cápsula y deshacerse de más de un kilómetro y medio de cinta aislante, demostrando la complejidad de este tipo de misiones espaciales.