Tras el secuestro de 32 migrantes en Tamaulipas el 30 de diciembre, se reveló que algunas víctimas pagaron poco más de mil dólares a sus captores para asegurar su liberación, según un reporte de Miriam Moreno. Después de bajar del autobús, los secuestradores les quitaron los teléfonos celulares y contactaron a sus familias para exigir dinero. Aunque en algunos casos lograron la extorsión, todos los migrantes fueron finalmente liberados el 3 de enero. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, confirmó que fueron llevados a distintas casas de seguridad en la zona de Río Bravo, Tamaulipas, tras su secuestro. Entre las víctimas se encontraban 26 migrantes venezolanos y 6 hondureños. El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, negó la participación de la Policía Estatal en el secuestro. Esta situación pone en evidencia la vulnerabilidad de los migrantes frente a los grupos delictivos en su travesía hacia Estados Unidos, y la necesidad de reforzar la seguridad en la región para proteger sus vidas.
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