En la frontera entre México y Estados Unidos, se encuentran dos campamentos improvisados separados por una alambrada de púas. Por un lado, cientos de migrantes esperan bajo el sol durante horas o días para solicitar asilo, mientras que al otro lado del Río Bravo, aquellos que huyen del Instituto Nacional de Migración (INM) esperan ser admitidos en Estados Unidos. El primer grupo espera que la Guardia Nacional de Texas abra una puerta en la alambrada para permitirles unirse al segundo campamento y estar más cerca de su objetivo de lograr el "sueño americano". Estos migrantes se encuentran allí para evitar ser detenidos por el INM y ser devueltos a la frontera sur de México. Los que ya están del otro lado de la alambrada esperan ser procesados por la Patrulla Fronteriza. En la fila, sufren hambre y sed, con poca protección contra el calor extremo y las inclemencias del clima. Algunos incluso se ven obligados a beber agua sucia del río debido a la falta de suministros por parte de Estados Unidos. Mientras esperan, los migrantes enfrentan dificultades para obtener agua y alimentos, y algunos optan por abandonar la fila. Además, han denunciado que los militares estadounidenses les devuelven las botellas de agua que les lanzan. A pesar de estas dificultades, los migrantes siguen esperando pacientemente la oportunidad de ingresar a Estados Unidos y buscan que se les juzgue como inmigrantes y no como criminales. La Embajada de Estados Unidos ha difundido un video en el que el comediante Carlos Villagrán, en su personaje de Kiko, aconseja a los migrantes no cruzar la frontera ilegalmente y buscar vías legales para ingresar al país.
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