Los municipios del sur de Chiapas, en la frontera con Guatemala, están enfrentando una problemática situación a causa de la presencia del crimen organizado. Esta situación ha generado temor en las comunidades, llevando a la suspensión de clases y alterando la vida diaria de los habitantes de la zona.
Los grupos del Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se han establecido en municipios como Frontera Comalapa, Chicomuselo, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero y Motozintla. Estos grupos criminales están disputando el control de la ruta de paso de drogas y también tienen influencia en la migración, las carreteras y la distribución de productos básicos en la región.
Los migrantes que intentan cruzar hacia México desde Guatemala también se ven afectados por esta situación, ya que el crimen organizado controla los vehículos que ingresan al país y cobra una cuota para garantizar su seguridad. Muchos migrantes son llevados a casas de seguridad en San Cristóbal de las Casas antes de ser transportados hacia Tuxtla Gutiérrez.
El impacto en la vida diaria de los habitantes de la zona es evidente, con desabasto de alimentos, cierre de comercios y una sensación de terror debido a las constantes balaceras y la presencia de drones con explosivos. Las comunidades se sienten sitiadas y temen por su integridad física y psicológica.
Ante esta situación, la Sección 7 del SNTE ha decidido suspender las clases en varios municipios de la región hasta que se garantice la seguridad de alumnos y docentes.
El sur de Chiapas se encuentra en una situación preocupante, donde la presencia del crimen organizado está afectando gravemente a las comunidades y generando un clima de temor e inseguridad.
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