
Señuelos de papel maché salvan urogallos de impacto con aviones
Un proyecto artístico usa señuelos de papel maché para alejar a los urogallos de zonas peligrosas cerca de aeropuertos, mitigando la mortalidad por impactos con aeronaves.

En el corazón del Parque Nacional Grand Teton, se desarrolla un proyecto artístico innovador con el objetivo de reducir la mortalidad del urogallo de las artemisas en zonas de alto riesgo de impacto con aviones. Esta especie nativa del oeste de Estados Unidos y Canadá ha visto su población disminuir alarmantemente desde finales de la década de 1980, a un ritmo promedio del 2,3% anual, debido principalmente a la pérdida y fragmentación del hábitat.
Entre 1990 y 2013, al menos 32 ejemplares de urogallos fueron atropellados por aeronaves en el aeropuerto cercano, con una concentración significativa de incidentes durante los meses de verano cuando las gallinas y sus crías están especialmente activas. Ante esta situación, el Servicio de Parques Nacionales recurrió a una herramienta inusual pero estratégica: el papel maché.
Un engaño artístico para proteger la vida de los urogallos
En colaboración con el Centro de Rapaces de Teton, una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación de aves rapaces, y estudiantes de arte de la Escuela Secundaria Jackson Hole, se fabricaron cuatro réplicas del urogallo en papel maché. Estos señuelos fueron colocados en un campo de aproximadamente 40 hectáreas, ubicado al sur de la pista de aterrizaje del aeropuerto.
La lógica detrás de esta acción radica en inducir a los urogallos reales a modificar su comportamiento reproductivo, alejando sus actividades de cortejo de las áreas más peligrosas. Las réplicas están diseñadas para emular a machos en plena exhibición, con el objetivo de persuadir a otros ejemplares a trasladar sus rituales a un sitio más seguro.
Cámaras especialmente instaladas permitirán monitorear si los urogallos adoptan esta nueva ubicación como su lek —el sitio donde se concentran para cortejar— y evaluar la efectividad del proyecto en la reducción de accidentes. Este experimento en curso, bajo monitoreo constante, busca modificar una conducta arraigada en la especie, lo que plantea desafíos tanto ecológicos como etológicos.
El urogallo de las artemisas: un ave vulnerable
El urogallo de las artemisas es conocido por su alarmante descenso poblacional. Uno de sus rasgos más distintivos es el comportamiento de los machos durante el apareamiento: inflan unos sacos pectorales de color amarillo brillante, acompañados de un despliegue físico y sonoro destinado a atraer hembras. Estas conductas de exhibición, vitales para la reproducción, suelen concentrarse en zonas abiertas y despejadas, lo que explica su elección de sitios como campos cerca de aeropuertos.
Sin embargo, esta preferencia por áreas cercanas a la actividad humana las convierte en zonas de alto riesgo para los urogallos, especialmente durante la época reproductiva. La proximidad a las pistas de aterrizaje aumenta la probabilidad de colisiones con aeronaves, agravando la situación crítica que enfrenta esta especie.
Un problema generalizado: el peligro aéreo para la fauna silvestre
El urogallo no es el único animal amenazado por la actividad aeronáutica. Según la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, el 96% de los impactos con fauna silvestre en el país involucran aves. Si bien son las principales afectadas, otros animales como ciervos, coyotes y tortugas también han sido víctimas en aeropuertos o zonas de tránsito aéreo.
Este tipo de colisiones representa un problema tanto para la conservación de la fauna como para la seguridad de las operaciones aéreas. Los costos económicos, las consecuencias ecológicas y los riesgos humanos hacen que iniciativas como el proyecto del Parque Nacional Grand Teton, por pequeñas o inusuales que parezcan, cobren un significado más amplio.
Hacia la coexistencia: soluciones innovadoras para proteger la biodiversidad
El proyecto de los señuelos de papel maché en el Parque Nacional Grand Teton representa un ejemplo de la creatividad y la innovación en la búsqueda de soluciones para la protección de la biodiversidad. Al combinar estrategias artísticas con herramientas científicas, se busca mitigar los riesgos que la actividad humana, en este caso la aviación, presenta para las especies vulnerables.
Es fundamental continuar desarrollando iniciativas como esta, que promuevan la coexistencia entre humanos y fauna silvestre, asegurando la conservación de la riqueza natural del planeta para las generaciones futuras. La protección del urogallo de las artemisas no solo se trata de salvar una especie en peligro, sino también de proteger un ecosistema complejo y valioso.
La comunidad científica y las autoridades ambientales deben trabajar en conjunto para identificar otras áreas donde este tipo de soluciones puedan ser implementadas, y así contribuir a la mitigación de los impactos de la actividad humana sobre la vida silvestre. La creatividad y la colaboración son claves para encontrar soluciones sostenibles que permitan la coexistencia armoniosa entre humanos y naturaleza.
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