La disminución de la tasa de fecundidad en mujeres mexicanas preocupa a la OCDE

La fertilidad femenina ha disminuido debido a factores como el acceso a la anticoncepción, la educación y la inseguridad laboral.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha documentado que la tasa de fecundidad en México ha experimentado cambios significativos a lo largo de las décadas. En 1960, las mujeres mexicanas tenían un promedio de seis hijos, mientras que para el año 2021 esta cifra se redujo a tan solo uno. Esta disminución en la tasa de fertilidad se ha reflejado en diferentes países, donde las mujeres tienden a tener menos hijos o incluso optan por no tenerlos.

Factores que inciden en la disminución de la tasa de fertilidad

Según la OCDE, diversos factores han contribuido a la reducción de la tasa de fertilidad en diversos países. Entre estos factores se encuentran el acceso a la anticoncepción, el aumento en los niveles de educación, así como el tiempo necesario para establecerse en el mercado laboral. Además, se destacan las barreras para equilibrar el trabajo y la vida familiar, junto con el limitado acceso a la vivienda.

La edad promedio en que las mujeres deciden embarazarse también ha aumentado, siendo de alrededor de 30 años. Esto se traduce en un retraso en los planes de crianza, lo cual ha impactado significativamente las tasas de fertilidad.

Impactos de la disminución de la tasa de fertilidad

La disminución de la tasa de fertilidad tendrá un impacto significativo en las sociedades, las comunidades y las familias a nivel mundial. Según la OCDE, este cambio demográfico también podría tener repercusiones en el crecimiento económico y la prosperidad de los países.

Consideraciones económicas en la formación de la familia

La OCDE resalta la importancia de la situación económica en la toma de decisiones para formar una familia. El aumento de los costos directos e indirectos relacionados con la crianza de los hijos, así como el incremento en el costo de la vivienda, han influido en la disminución de las tasas de fertilidad en muchos países. La incertidumbre generada por problemas climáticos, la pandemia de COVID-19 y conflictos entre naciones también ha contribuido a esta situación.

Cambios en las actitudes hacia la paternidad

En los últimos años, se ha observado un cambio en las actitudes de los jóvenes hacia la paternidad. Tanto hombres como mujeres jóvenes han encontrado cada vez más sentido a la vida sin la responsabilidad de tener hijos, y existe una mayor aceptación social a no tener descendencia.

Recomendaciones de la OCDE

Ante la preocupación por las tasas de fertilidad, la OCDE recomienda promover la igualdad de género y una distribución más justa del trabajo y la crianza de los hijos. Se hace hincapié en la importancia de generar políticas familiares que faciliten la conciliación entre el trabajo y la vida familiar, así como en la necesidad de abordar los costos asociados con la crianza de los niños, en especial el precio de la vivienda.

Consecuencias demográficas y fiscales

La disminución de la tasa de fertilidad está asociada al envejecimiento de la población, lo que generará presiones fiscales adicionales a medida que aumenten los gastos del gobierno, incluidos los gastos de pensiones, los servicios de salud y los servicios para las personas mayores. Se prevé que la disminución de la población en edad de trabajar también pueda ocasionar una reducción de los ingresos públicos, lo que requerirá un replanteamiento de las políticas públicas en muchos países.

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