
Papa León XIV llama a la paz en Oriente Medio tras conflictos en Irán, Israel y Palestina
El Papa León XIV apela a la comunidad internacional a intensificar el diálogo y la búsqueda de paz en Oriente Medio, especialmente en Irán, Israel y Palestina.

El llamado a la paz en Oriente Medio resuena con fuerza en las palabras del papa León XIV, quien instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos por la paz en una región marcada por conflictos. Durante su audiencia general celebrada en el Vaticano, el pontífice dirigió un mensaje directo al diálogo como herramienta fundamental para resolver las tensiones entre Irán, Israel y Palestina.
Un Llamado de papa León XIV
El papa León XIV expresó su preocupación por la situación en Oriente Medio, reconociéndola como un motivo de atención y reflexión. "Continuamos siguiendo con atención y esperanza la situación en Irán, Israel y Palestina", declaró ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Estas palabras evidencian la necesidad de mantener viva la fe en la posibilidad de alcanzar una solución pacífica a los conflictos que aquejan la región.
La Urgencia del Diálogo
El mensaje del Papa se basa en la premisa de que la violencia nunca debe ser la respuesta. Citando al profeta Isaías, el pontífice subrayó la urgencia del momento: “Una nación no debe lanzar la espada contra otra; no se debe aprender nunca el arte de la guerra”. Este llamado a la paz resonó con fuerza en la Plaza de San Pedro, invitando a todos los actores involucrados a buscar la vía del diálogo y la armonía.
El papa León XIV cerró su intervención con un mensaje cargado de esperanza. "Vamos hacia Jesús: Él puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Él es nuestra esperanza!", afirmó ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Estas palabras reflejan la fe del pontífice en la capacidad de Dios para guiar a la humanidad hacia un futuro de paz y reconciliación.
La reflexión del Papa sobre el episodio evangélico que entrelaza la curación de una mujer con hemorragias y la resurrección de la hija de Jairo (cf. Mc 5,21-43) se convierte en un símbolo de la fe que debemos cultivar para superar las adversidades. En este contexto, la esperanza se presenta como un faro que ilumina el camino hacia la paz, guiándonos a través de las dificultades y recordándonos que la fe puede mover montañas.
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