
Temporada de araña violinista en México: prevención y síntomas de mordedura
La araña violinista, peligrosa y nocturna, se encuentra en México y su temporada mayor es de mayo a julio.

La araña violinista, conocida científicamente como Loxosceles, es un arácnido nocivo que es parte importante de la fauna mexicana y representa un peligro latente para los humanos.
Características de la araña violinista
Este arácnido, de tamaño variable que oscila entre 1 y 3 cm, se distingue por sus seis ojos dispuestos en forma de media luna, su color pardo rojizo y patas finas y alargadas. La denominación 'violinista' proviene del patrón con forma de violín que adorna la parte frontal de su cuerpo, conocido como prosoma. Sus telarañas son de aspecto algodonado y presentan un diseño irregular. Actúa principalmente durante la noche, buscando presas o compañeros para reproducirse.
Temporada de la araña violinista
La temporada de la araña violinista en México se extiende desde la llegada de la primavera hasta el otoño, siendo el periodo de mayor actividad entre mayo y julio. Este arácnido está presente en todas las entidades del país. Un hallazgo notable ocurrió en 2019, cuando se identificó una nueva especie, denominada Loxosceles tenochtitlan, en el Valle de México.
Áreas de refugio de la araña violinista
En su entorno natural, la araña violinista prefiere ocultarse en cuevas, bajo rocas, troncos o en vegetación seca. En áreas habitadas, su lugar de preferencia son los rincones, pudiendo encontrarse detrás de cuadros, muebles, bodegas, armarios y en grietas en las paredes. Para prevenir su presencia, se recomienda llevar a cabo limpiezas regulares en clósets, muebles y sótanos, así como evitar acumular objetos en desuso, como madera apilada. Además, es aconsejable revisar y sacudir la ropa antes de utilizarla, para detectar posibles arañas escondidas.
Consecuencias de la picadura de la araña violinista
A pesar de que la araña violinista es de naturaleza tímida y tiende a evitar el contacto con humanos, su mordedura puede ser imperceptible en muchas ocasiones. Sin embargo, es fundamental reconocer los síntomas típicos de una picadura: dolor en la zona afectada, enrojecimiento e hinchazón, así como fiebre, náuseas, dolor abdominal y vómitos. Ante la aparición de estos síntomas, es crucial acudir a un médico de inmediato, ya que la falta de atención oportuna puede ocasionar daños graves al paciente, incluyendo necrosis, especialmente en niños y adultos mayores.
Compartir noticia