Congreso de EE. UU. certifica la victoria de Donald Trump en elecciones 2024 sin objeciones

En el día de hoy, 6 de enero de 2025, el Congreso de Estados Unidos ha ratificado la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, con un total de 312 votos en el Colegio Electoral en comparación con los 226 de su contrincante democrático, Kamala Harris. Este suceso marca un hito significativo al ocurrir cuatro años después del asalto al Capitolio que buscó frenar la certificación de la victoria del actual presidente, Joe Biden.

La sesión legislativa

La certificación de los resultados se llevó a cabo en una sesión conjunta del Senado y de la Cámara de Representantes, sin la presencia de incidentes. Kamala Harris, en su doble función de vicepresidenta estadounidense y presidenta del Senado, tuvo el honor de presidir la sesión y anunciar los resultados. La lectura y conteo de los resultados de los 50 estados y del Distrito de Columbia se realizaron en un tiempo récord de 30 minutos.

Un contraste significativo

Este evento contrasta notablemente con las turbulencias de hace cuatro años, cuando los seguidores de Trump interrumpieron la certificación de la victoria de Joe Biden. Además, en aquel entonces, 147 legisladores republicanos presentaron objeciones a los resultados, buscando impedir la validación de la victoria del actual presidente. Sin embargo, en esta ocasión, tanto los demócratas como los republicanos se abstuvieron de plantear impugnaciones.

Harris preside la sesión

La presencia de Kamala Harris en el hemiciclo fue notable, mostrando una actitud seria y enfocada durante toda la ceremonia. A su lado se encontraba el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, con quien intercambió sonrisas y comentarios amables. Al anunciar la victoria de Trump y su propia derrota, Harris debió afrontar el estallido de aplausos y vítores por parte de numerosos legisladores republicanos.

Esta certificación marca un momento histórico para Estados Unidos, reflejando la transición del poder y el respeto por los procesos democráticos, a pesar de la oposición y los intentos de desestabilización experimentados en ciclos electorales previos. La unanimidad en la aceptación de los resultados por parte de los legisladores resalta un compromiso con la institucionalidad y la fortaleza de la democracia estadounidense.