La guerra comercial por la Inteligencia Artificial: China respalda a sus empresas para competir con EE. UU.

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en un campo de batalla estratégico entre China y Estados Unidos. Ambas potencias están volcando recursos significativos en el desarrollo y regulación de esta tecnología, con el objetivo de posicionarse como líderes indiscutibles en un ámbito que promete transformar la economía y los negocios a nivel mundial. En este escenario, se vislumbra una competencia feroz, donde cada país busca sacar ventaja a través de distintas estrategias y enfoques.

China apuesta fuertemente por la IA

El gobierno chino ha emprendido una ofensiva decidida en el ámbito de la IA, respaldando a sus empresas tecnológicas con una cantidad masiva de recursos estatales. Esta estrategia incluye la asignación de subsidios significativos que les permiten acceder a una gran capacidad de cómputo y a la recopilación de datos, dos elementos fundamentales para el desarrollo y entrenamiento de sistemas de IA. Asimismo, China busca alcanzar la autosuficiencia en la producción de semiconductores, un componente crucial en la industria de la tecnología, y está desplegando importantes recursos para incentivar a empresas como Huawei a aumentar su capacidad productiva en el país.

Esta apuesta ha llevado a China a una posición de liderazgo en la adopción de Inteligencia Artificial generativa, según revela una encuesta de líderes industriales realizada por la agencia de investigación de mercados Coleman Parks y la compañía estadounidense de software, SAS. El impulso estatal chino ha sido fundamental en este avance, aunque no está exento de desafíos y críticas.

Desafíos y críticas en el camino chino hacia la IA

A pesar de los avances significativos, el estricto control ideológico impuesto por el gobierno chino plantea desafíos importantes para el desarrollo pleno de la IA en el país. Junto con el apoyo financiero, China ha impuesto normas que restringen la capacidad de las empresas tecnológicas para desarrollar aplicaciones de IA sin supervisión. Empresas como Alibaba, Sense Time o Baidú se han visto obligadas a vigilar estrechamente sus desarrollos de IA, garantizando que no reproduzcan ni generen contenido considerado "subversivo" por las autoridades chinas. Incluso, para el lanzamiento de modelos de IA generativa, es necesario obtener la aprobación de la Administración China de Ciberespacio, sometiéndolos a exhaustivas pruebas y trámites burocráticos que buscan asegurar que el contenido generado sea acorde a los lineamientos establecidos por el gobierno.

Esta limitación en el acceso a la información libre para el entrenamiento de IA en idioma chino representa un obstáculo significativo, como lo señala Xu Chenggang, experto en economía de la Universidad de Stanford. Según Chenggang, el enfoque centralizado y controlado por el Estado chino puede no ser compatible con la naturaleza innovadora y creativa que requiere el desarrollo de la IA generativa.

Estados Unidos mantiene su liderazgo, pero no sin desafíos

A pesar de la fuerte apuesta de China, Estados Unidos continúa siendo un referente en el ámbito de la Inteligencia Artificial. Según un análisis de BBC, Estados Unidos parece mantenerse a la cabeza en esta carrera en desarrollo. Washington ha implementado medidas que buscan obstaculizar el acceso de China a componentes clave, como la importación de chips, lo que ha representado un desafío para el avance tecnológico chino en este campo. Si bien estas medidas parecen estar generando un impacto temporal, han logrado retrasar el desarrollo de capacidades tecnológicas de punta en China, posicionando a Estados Unidos en una posición de ventaja.

Las empresas de tecnología de Silicon Valley, como Open AI, han capitalizado esta ventaja, acelerando su ritmo de investigación y desarrollo en el campo de la Inteligencia Artificial. El apoyo de inversores estadounidenses ha sido fundamental para mantener el impulso en la investigación de IA en el país, lo que ha contribuido a reforzar su posición de liderazgo.