Kamala Harris desafía a Donald Trump a debate electoral mientras crece apoyo latino en Nueva York

Kamala Harris propuso un nuevo debate a Donald Trump, quien lo rechazó, argumentando que era tarde por el inicio de la votación anticipada.

En el marco actual de las elecciones estadounidenses, la vicepresidenta Kamala Harris lanzó un nuevo reto a su oponente, el expresidente Donald Trump, proponiendo un debate para el 23 de octubre. Sin embargo, la respuesta de Trump no se hizo esperar, al considerar que era "demasiado tarde" debido al inicio de la votación anticipada en diversos estados.

El anuncio fue realizado por Jen O'Malley Dillon, directora de campaña de Harris, quien reveló que la vicepresidenta había aceptado la invitación de CNN para el debate, que tendría lugar en Atlanta, en el estado de Georgia. O'Malley Dillon argumentó que los debates representan una oportunidad primordial para que los votantes comparen a los candidatos y evalúen sus visiones para el país.

La importancia de los debates en la contienda electoral

O'Malley Dillon también subrayó la relevancia de contar con varios debates, enfatizando que sería "inédito en la historia moderna" llevar a cabo solo uno antes de las elecciones que determinarán la próxima administración. Además, recordó el encuentro previo entre Harris y Trump el 10 de septiembre en Filadelfia, donde la vicepresidente logró prevalecer y evidenciar debilidades en su contrincante.

En este contexto, se destacó la participación de Harris en un debate anteriormente programado, el cual se realizaría por CNN bajo las mismas normas que el debate en el que Trump había emergido como ganador sobre Biden. La campaña demócrata confiaba que Trump no tendría inconvenientes en aceptar esta nueva invitación.

La respuesta de Trump y sus implicaciones

No obstante, Trump, en una rápida reacción, desestimó la propuesta durante un mitin en Wilmington, en Carolina del Norte. Esta negativa intriga sobre la estrategia del exmandatario en el marco de la contienda electoral y su disposición para confrontar a Harris en un debate más.

Otro aspecto relevante abordado fue la convocatoria a favor de Harris que, a pesar del aparente respaldo institucional y comunitario, atrajo a un número reduzido de participantes, mayoritariamente de origen dominicano en la “Gran Marcha: Estoy con Kamala”.

La desafío de movilizar apoyo solidificado

El evento, que partió del alto Manhattan hacia el distrito de El Bronx, evidenció una baja convocatoria latina, a pesar de ser promovido como un acto significativo de apoyo a la candidata demócrata. Parte de la*/ relativa escasa asistencia estuvo compuesta por personal vinculado a la campaña presidencial, así como por miembros de la agrupación "Mujeres de El Bronx con Kamala" y el sindicato de trabajadores de hotel en Nueva York. La disparidad entre las expectativas y la realidad de convocatoria plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias de movilización de la campaña de Harris.

Entre los asistentes, se hizo eco la participación de trabajadores en el sector de limpieza, quienes argumentaron que la victoria de Harris era crucial para proteger la situación de la comunidad latina, la cual consideran vulnerable ante un posible retorno de Trump al poder.

El evento culminó con la presencia de Kamala Harris en Nueva York, donde se llevó a cabo un acto de recaudación de fondos. Su participación subraya la proximidad de la contienda electoral y la importancia de generar recursos para las actividades proselitistas. Las estrategias de fundraising se convierten en un componente esencial para financiar campañas políticas y alcanzar a un electorado más amplio.

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