
Mexicana se declara culpable de tráfico de personas
Porfiria Ramos Sánchez se declaró culpable de tráfico de personas y trata laboral; enfrenta hasta diez años de prisión y deberá indemnizar a las víctimas.

La ciudad de Hartford, Connecticut, se vio estremecida por el caso de Porfiria Ramos Sánchez, una inmigrante mexicana que se declaró culpable de un complejo esquema de tráfico de personas y trata con fines laborales. Esta situación ha conmovido a la comunidad y ha arrojado luz sobre las prácticas ilegales que atentan contra la dignidad y los derechos humanos de las personas migrantes. Las autoridades han informado que Ramos podría enfrentar una condena de hasta diez años de prisión por sus acciones delictivas.
Un esquema de explotación y abuso
La Fiscalía federal de Connecticut ha detallado que a Ramos se le acusa de conspirar para transportar y albergar a al menos 18 personas indocumentadas. La investigación reveló que víctimas provenientes de México eran atraídas bajo falsas promesas y obligadas a pagar sumas exorbitantes de dinero por su traslado a Estados Unidos. Se estima que las víctimas acordaban pagar entre 15,000 y 20,000 dólares por persona para ser traídas de contrabando, además de tener que entregar la escritura de una propiedad como garantía antes de salir de su país.
Una vez en Connecticut, las víctimas se veían enfrentadas a una estafa aún mayor, ya que se les informaba que tendrían que pagar 30,000 dólares con intereses, además de cubrir gastos adicionales de alquiler, comida y gasolina. La situación se tornó insostenible para estas personas, quienes se encontraron atrapadas en un ciclo de deuda y explotación laboral. Algunas víctimas fueron obligadas a realizar tareas domésticas y de jardinería sin remuneración, en un intento por mantenerlas en condiciones de servidumbre.
Las amenazas y el control ejercido sobre las víctimas
Las autoridades han revelado que los acusados empleaban tácticas intimidatorias para asegurar el control sobre las víctimas. Si las personas no cumplían con los pagos establecidos, eran objeto de amenazas que incluían hacer daño a sus familiares en México, quedarse con la propiedad que habían dado como garantía, denunciarles ante las autoridades de inmigración o aumentar el interés de su deuda. Este mecanismo de coerción buscaba sembrar el miedo en las víctimas y mantenerlas en una situación de total vulnerabilidad.
Justicia y reparación para las víctimas
Porfiria Ramos Sánchez se encuentra a la espera de su sentencia, programada para el 6 de enero. Sin embargo, su culpabilidad en el caso ha llevado a las autoridades a exigir que indemnice a las víctimas con una suma de 494,608 dólares. A fin de cumplir con esta obligación, se ha informado que ella y su esposo han acordado vender una propiedad que poseen en Hartford. Este paso busca ofrecer una medida de justicia y reparación a quienes fueron víctimas de este aberrante esquema de tráfico de personas.
Compartir noticia