
El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol lucha por su futuro tras destitución en el Parlamento
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, fue destituido por intentar imponer la ley marcial, generando una crisis política en el país.

La situación política en Corea del Sur ha experimentado un giro drástico tras la destitución del presidente Yoon Suk Yeol en una votación en el Parlamento. Esta medida, impulsada por la mayoría opositora, ha suscitado una serie de reacciones tanto dentro como fuera del país. El Tribunal Constitucional de Corea del Sur tendrá la tarea de decidir si ratifica la destitución de Yoon en un plazo de seis meses, lo que, de concretarse, llevará a la convocatoria de elecciones anticipadas.
El primer ministro Han Duck-soo, designado por Yoon, asumió el cargo de presidente en funciones, quedando Yoon con sus poderes presidenciales suspendidos en medio de su mandato de cinco años. Han expresó su compromiso de trabajar arduamente para garantizar la estabilidad del gobierno tras la destitución de Yoon, resaltando la importancia de su papel en este nuevo escenario político.
Un precedente político
Con la destitución de Yoon, se marca un precedente en la política surcoreana, siendo el segundo presidente conservador en ser destituido de forma consecutiva, después de Park Geun-hye en 2017. Esta situación refleja la inestabilidad que ha caracterizado a la política del país en los últimos años y plantea interrogantes sobre el futuro político de Corea del Sur.
A pesar de la primera votación de juicio político que Yoon logró sortear, la moción de destitución obtuvo el respaldo de al menos 204 legisladores, superando el umbral necesario para su aprobación. Este respaldo refleja el descontento de una parte significativa de la clase política con la gestión de Yoon, así como el fortalecimiento de la oposición en el Parlamento surcoreano.
Un camino lleno de desafíos
Yoon, quien ha enfrentado una creciente presión política y social, ha visto su posición debilitada tanto por escándalos como por la oposición interna en su partido. En un dificultoso discurso, Yoon prometió "luchar hasta el final", defendiendo su decreto de ley marcial como necesario para superar el estancamiento político. Sin embargo, esta defensa ha sido recibida con escepticismo por parte de la oposición y de sectores de la población.
Las manifestaciones a favor de la destitución de Yoon reflejan la división en la sociedad surcoreana, con un sector que aplaude la decisión del Parlamento y otro que se manifiesta en apoyo al presidente destituido. Esta polarización plantea desafíos significativos para la estabilidad política del país en los próximos meses, independientemente del desenlace final de esta contienda política.
El desenlace de la destitución de Yoon y las decisiones del Tribunal Constitucional marcarán un hito en la historia política de Corea del Sur. La posibilidad de elecciones anticipadas podría abrir un nuevo capítulo en la política del país, brindando la oportunidad de un cambio de rumbo en la administración gubernamental. Sin embargo, también representa un periodo de incertidumbre que requerirá de un liderazgo sólido y una sociedad unida para superar los desafíos que se avecinan.
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