Descubren red de túneles ancestrales en la antigua ciudad inca de Cusco y su significado cultural

En Cusco hallan una red de túneles subterráneos de 1.750 metros que conectan el Templo del Sol y la fortaleza de Sacsayhuamán.

La ciudad inca de Cusco, conocida como la capital del Tahuantinsuyo, ha revelado un sorprendente secreto arqueológico que ha desafiado la percepción que se tenía de ella. Recientemente, los arqueólogos Jorge Calero Flores y Mildred Fernández Palomino confirmaron la existencia de una intrincada red de túneles subterráneos conocida como la Chincana. Esta red conecta el Templo del Sol (Coricancha) con la fortaleza de Sacsayhuamán, aventurándose a lo largo de aproximadamente 1.750 metros. Este descubrimiento, presentado en una conferencia de prensa en Cusco, arroja luz sobre siglos de especulaciones alimentadas por textos históricos de los siglos XVI y XVII que mencionaban la existencia de pasadizos subterráneos en la ciudad.

Un hallazgo respaldado por textos históricos

El hallazgo de la Chincana encuentra respaldo en antiguos textos históricos. Los cronistas del siglo XVI, como Anello de Oliva y un jesuita anónimo, describieron pasadizos subterráneos que atravesaban la ciudad. Estas narrativas sirvieron como base para la exploración arqueológica y dieron impulso a la búsqueda de la red de túneles. Así, el descubrimiento de la Chincana no solo tiene un impacto en la esfera arqueológica, sino también en la interpretación y comprensión de la historia de Cusco.

Técnicas avanzadas para un descubrimiento ancestral

Los arqueólogos emplearon tecnología avanzada para llevar a cabo esta revelación. Mediante el uso de técnicas como el radar de penetración terrestre (GPR) y la prospección acústica, fue posible mapear con precisión los túneles subterráneos bajo la superficie de Cusco. Estas metodologías permitieron a los investigadores identificar cavidades y estructuras subterráneas, proporcionando una visión más detallada y completa de la red de túneles.

El diseño y la función de la Chincana

La Chincana no solo conecta dos de los sitios más emblemáticos de la cultura inca, sino que también refleja un diseño urbano planificado. Según los hallazgos, los túneles presentan estructuras que oscilan entre 1,6 y 2,6 metros de altura y hasta 2,6 metros de ancho, lo que sugiere que fueron diseñados para el pasaje de la nobleza inca. Además de la conexión entre el Templo del Sol y Sacsayhuamán, los investigadores identificaron tres ramificaciones adicionales: una hacia Muyucmarca, otra hacia el sitio arqueológico de Callispuquio y una tercera que pasa por detrás de la iglesia de San Cristóbal, lo que indica una planificación meticulosa de la red de túneles.

El siguiente paso: excavaciones en puntos clave

Si bien la Chincana ha sido identificada y mapeada, los arqueólogos todavía no han tenido acceso a su interior. Los investigadores, liderados por Calero y Fernández, planean llevar a cabo excavaciones en puntos clave para explorar los túneles de manera más detallada. Este proceso, sujeto a los permisos otorgados por el Ministerio de Cultura del Perú, busca responder preguntas fundamentales sobre el propósito original de la Chincana. Así, se busca determinar si esta red de túneles cumplía funciones de transporte para la élite inca, si servía como refugio en tiempos de guerra o si tenía un significado religioso.

La importancia cultural y política del hallazgo

El descubrimiento de la Chincana trasciende su valor arqueológico, simbolizando la rica herencia cultural peruana. Esta revelación ha recibido el reconocimiento del Congreso de la República, así como el respaldo de organizaciones como la Asociación de Comunidades Indígenas del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán. Además, este descubrimiento añade un nuevo capítulo a la historia y al legado de Cusco, ubicada a 210 kilómetros de Machu Picchu, consolidando su estatus como un punto de interés arqueológico y turístico de gran relevancia.

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