Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Viagras aterrorizan con narcobombas, narcodrones y narcominas

La región de Michoacán y Jalisco sigue siendo el escenario de una lucha constante entre grupos delictivos que buscan mantener el control de diversos puntos a través del uso de armas y tácticas violentas, generando temor entre la población y provocando desplazamientos masivos de familias enteras. Los grupos delincuenciales Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras han sido identificados como actores principales en esta situación, y su presencia continúa generando estragos en la vida cotidiana de los ciudadanos.

Desplazamientos y violencia

Las tácticas de intimidación utilizadas por estos grupos, incluyendo el uso de narcobombas, narcodrones y narcominas, han llevado a desplazamientos significativos de familias que buscan resguardarse de la violencia que se ha apoderado de sus comunidades. Las cifras de homicidios se han mantenido elevadas en ambas entidades, y la extorsión y amenazas se han convertido en una preocupación constante para los habitantes de la región.

Según la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, en abril de 2021, al menos 204 personas huyeron del municipio de Cotija, Michoacán, luego de ser amenazadas por presuntos criminales que ingresaron a sus hogares armados. Los Viagras, el grupo criminal predominante en la zona, no solo se dedica al narcotráfico, sino que también ejerce violencia y extorsión sobre la población local, incluyendo comerciantes y pequeños negocios.

Disputas territoriales y enfrentamientos

La disputa por el control del territorio entre Los Viagras y el CJNG ha generado un constante conflicto en la región, particularmente en la frontera entre Michoacán y Jalisco. Estos enfrentamientos han dejado un saldo trágico en ambas entidades, generando una creciente preocupación entre las autoridades estatales y la población en general.

Respuesta gubernamental

Ante esta situación, se han implementado estrategias de "blindaje" por parte de los gobiernos estatales, buscando contener la violencia desatada por estos grupos delictivos. Recientemente, autoridades de Jalisco desplegaron a 800 soldados en la zona centro de Guadalajara como parte de estas medidas de seguridad. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la violencia ha persistido, generando un impacto significativo en la vida diaria de la población.

El uso de nuevas armas por parte del crimen organizado

El crimen organizado ha continuado utilizando tácticas cada vez más sofisticadas, incluyendo el uso de narcominas, bombas caseras y narcodrones, lo que representa un desafío adicional para las autoridades encargadas de mantener el orden y la seguridad en la región. Estas armas, que han sido utilizadas en ataques dirigidos tanto a rivales como a instituciones y comunidades, representan un peligro constante para la población.

El impacto de estas nuevas armas se evidenció trágicamente con la muerte de dos militares en los límites de Jalisco y Michoacán a causa de la detonación de una narcomina. Asimismo, el descubrimiento de bombas caseras destinadas al uso en narcodrones en el municipio de Buenavista, Michoacán, ha puesto de manifiesto la constante evolución de las tácticas empleadas por el crimen organizado en la región.

Un futuro incierto

Mientras la violencia y la disputa por el control del territorio continúan afectando la vida de los habitantes de Michoacán y Jalisco, es evidente que se requiere una respuesta integral que aborde no solo las causas inmediatas de la violencia, sino también las raíces más profundas de la presencia del crimen organizado en la región. Las comunidades afectadas por esta situación merecen vivir en un entorno seguro y pacífico, y es responsabilidad de las autoridades competentes trabajar en colaboración con la sociedad para lograr este objetivo.

La lucha contra el crimen organizado en Michoacán y Jalisco sigue siendo un desafío constante, y será crucial que se implementen estrategias efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de la población.