El Valle de la Muerte en Estados Unidos, conocido por ser uno de los lugares más calurosos del mundo, está experimentando una crisis climática que amenaza su ecosistema. A pesar de esto, el calor extremo ha despertado el interés de turistas, especialmente europeos, quienes aprovechan la oportunidad para capturar fotografías en este entorno extremo. Aunque el valle ha sufrido los estragos del COVID-19 en el sector turístico, se espera que este año se recupere y vuelva a recibir su flujo regular de visitantes. Sin embargo, esta tendencia preocupa a los conservacionistas, quienes hacen un llamado a respetar la naturaleza y permitir que futuras generaciones puedan disfrutar de este lugar.
Compartir noticia