Bacteria intestinal causa aterosclerosis: descubrimiento revoluciona la medicina cardiovascular

Un estudio revela que ciertas bacterias intestinales producen una molécula que causa aterosclerosis, independientemente del colesterol, abriendo nuevas posibilidades para su diagnóstico y tratamiento.

Un reciente estudio realizado por científicos españoles sobre trabajadores del Banco Santander de Madrid ha arrojado luz sobre un hallazgo revolucionario en el campo de la medicina. La investigación, que se extendió durante varias décadas, reveló que algunas bacterias presentes en el intestino humano generan una molécula capaz de causar aterosclerosis, una enfermedad cardiovascular que se encuentra detrás del desarrollo de infartos e ictus.

Enfermedades cardiovasculares y componente Inflamatorio

El equipo de científicos reclutó voluntarios aparentemente sanos entre los 40 y 55 años para llevar a cabo un estudio exhaustivo. Tras analizar a los participantes durante un largo periodo, descubrieron que el 63% presentaba signos de aterosclerosis, una cifra que evidenció la necesidad de comprender mejor las causas subyacentes de esta enfermedad. Se determinó que algunas bacterias del intestino producen una molécula llamada propionato de imidazol, responsable de inducir la aterosclerosis incluso en individuos con niveles normales de colesterol.

Implicaciones para el Diagnóstico y Tratamiento

Este descubrimiento tiene implicaciones significativas para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, que causan la muerte de 18 millones de personas cada año. Los resultados del estudio demuestran que la aterosclerosis no solo se debe a factores como las grasas en la dieta, sino que también presenta un componente inflamatorio y autoinmune. Esta nueva perspectiva podría explicar por qué algunas personas desarrollan enfermedades cardiacas incluso sin factores de riesgo tradicionales como el colesterol alto o la hipertensión.

Los investigadores han logrado identificar el receptor al que se une la molécula propionato de imidazol y han desarrollado un fármaco capaz de bloquearlo en ratones. El uso de este inhibidor ha demostrado prevenir totalmente el desarrollo de la aterosclerosis, incluso en etapas tempranas donde los niveles de propionato de imidazol son altos. Esta capacidad para detectar la enfermedad en sus primeras etapas abre las puertas a un diagnóstico temprano y al desarrollo de un tratamiento innovador para prevenir o retardar el progreso de la aterosclerosis.

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