El cerebelo: mucho más que movimientos, clave para el pensamiento y las emociones

El cerebelo, aunque pequeño, es crucial para movimientos, equilibrio y funciones mentales complejas como la comunicación y la regulación emocional.

Oculto en la base del cráneo, el cerebelo es una estructura que alberga más del 50% de todas las neuronas del sistema nervioso central, a pesar de abarcar solo alrededor del 10% del volumen total del cerebro. Esta extraordinaria densidad neuronal desvela su importancia funcional, que va más allá de regular los movimientos y mantener el equilibrio, roles tradicionales atribuidos a esta estructura.

El Cerebelo: Más Allá de la Motricidad

Conocido como el "pequeño cerebro", el cerebelo se ubica en la parte posterior e inferior del encéfalo, justo debajo de los hemisferios cerebrales y detrás del tronco encefálico. Hasta hace poco tiempo, se consideraba que su único rol era afinar la motricidad: integra señales de los músculos, las articulaciones y el oído interno para ajustar en tiempo real la fuerza, la amplitud y el ritmo de cada gesto. Cuando estiramos el brazo para tocar un objeto, por ejemplo, el cerebelo predice la trayectoria óptima y corrige cualquier desviación, evitando movimientos erráticos que observaríamos en alguien con lesión cerebelosa.

Enfermedades que afectan a esta estructura, como la ataxia cerebelosa, se caracterizan por una marcha inestable o temblor, síntomas de la incapacidad para regular los movimientos finos. Sin embargo, en las últimas dos décadas se ha revelado que el cerebelo no es un mero regulador mecánico, sino también un modulador de procesos mentales más complejos.

El Cerebelo y la Comunicación Social

En el caso del autismo, se ha observado que las alteraciones en unas neuronas llamadas células de Purkinje y en las conexiones cerebelo-corticales están detrás de las dificultades para interpretar gestos, sonidos o tonos de voz, influyendo en la comunicación y la socialización. En la esquizofrenia, la descoordinación entre el cerebelo y la corteza frontal puede traducirse en pensamientos desorganizados o problemas para regular las emociones, pues el cerebelo ya no “afina” tales procesos internos con la misma precisión.

Por lo tanto, cuidar el cerebelo es clave no solo para movernos bien, sino también para pensar con claridad y sentirnos en equilibrio. Este órgano desempeña un papel fundamental en nuestra salud cerebral, influenciando no solo nuestros movimientos, sino también nuestra capacidad de interacción social y nuestro bienestar emocional.

La Inspiración del Cerebelo: De Leonardo a Ramón y Cajal

Mucho antes de estos hallazgos, el cerebelo ya fue objeto de interés científico e inspiración artística para dos de las mentes más brillantes de todos los tiempos. El primero de nuestros protagonistas, Leonardo Da Vinci (1452–1519), fue el prototipo del científico renacentista, hombre modelo de la tercera cultura que buscaba fusionar el conocimiento artístico y científico. Su mirada se posó con particular atención sobre el cerebelo, donde descubrió y dibujó con meticulosa precisión las complejas arborizaciones de las células de Purkinje.

Siguiendo los pasos de Leonardo, Ramón y Cajal (1852-1934) llevó a cabo investigaciones pioneras en el estudio del cerebro. Utilizando técnicas de tinción especializadas, logró visualizar individualmente las neuronas, desafiando la idea dominante de una red nerviosa continua. Su trabajo sentó las bases para la "doctrina de la neurona", que reconoce al cerebro como un tejido compuesto por unidades individuales llamadas neuronas.

El Cerebelo en la Era Digital: Nuevas Perspectivas

En la actualidad, gracias a avances tecnológicos como la resonancia magnética y la inteligencia artificial, podemos explorar el cerebelo con una precisión sin precedentes. En la Universidad Politécnica de Valencia hemos desarrollado un software llamado DeepCERES que permite segmentar (cuantificar) 27 estructuras del cerebelo humano a ultra alta resolución.

DeepCERES también nos permite generar reconstrucciones detalladas en tres dimensiones de cada una de las estructuras del cerebelo, especialmente de la sustancia blanca del interior conocida como “arbor vitae” (árbol de vida), llamada así por su forma arbolada con múltiples ramificaciones. Al igual que Leonardo y Cajal, nuestro objetivo es captar la complejidad y la belleza de esta joya oculta del cerebro, impulsando nuevas investigaciones sobre su función y sus relaciones con el resto del sistema nervioso.

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