La historia de un perro callejero ha cautivado a la comunidad de reporteros de Cuernavaca, quienes lo han adoptado como su mascota. Chiquinquiro, como es conocido, se ha convertido en una figura muy peculiar en el Centro Histórico de Cuernavaca, donde se le puede ver en medio de manifestaciones sociales, eventos oficiales y marchas, actuando casi como un "reportero canino". Al contrario de otros perros callejeros, Chiquinquiro parece tener un comportamiento excepcional, mostrando especial interés por "reportear" y participar en todo tipo de acontecimientos públicos. La historia de Chiquinquiro Chiquinquiro llegó a la vida de los reporteros durante una manifestación de Antorcha Campesina, donde se le encontró abandonado. A pesar de su situación, logró sobrevivir gracias a la amabilidad de los comerciantes del primer cuadro de Cuernavaca. Su ingreso al mundo de los reporteros ocurrió durante un incidente en el que otros perros acompañaban a un hombre en situación de calle, atacando a Chiquinquiro y dejándolo malherido frente a varios reporteros. Estos últimos, conmovidos por la situación, le brindaron atención médica, lo que generó un vínculo especial entre Chiquinquiro y el equipo periodístico. La reportera Silvia Lozano mostró un particular afecto por el perro, a quien empezó a llamar "Chiquinquiro". Incluso, algunos comerciantes y habituales del zócalo de Cuernavaca adoptaron al lomito, convirtiéndose en su familia en la calle. Travesuras y solidaridad Chiquinquiro ha demostrado tener un carácter travieso y peculiar, como lo evidenció en una ocasión durante una ceremonia de honores a la bandera en presencia de altos funcionarios del gobierno estatal, incluyendo el gobernador Cuauhtémoc Blanco, cuando decidió "dar cariño" a otro perro, generando sorpresa y desconcierto en los presentes. Sin embargo, su participación en manifestaciones y marchas es lo que más ha llamado la atención, como la vez que encabezó una marcha de los tribunales hacia los juzgados en la Ciudad Judicial, a unos 7 kilómetros de distancia. A pesar de la distancia, Chiquinquiro no desistió y, con alegría y entusiasmo, acompañó a los manifestantes hasta su destino, contagiando a todos con su espíritu solidario. Su fama como perro reportero ha trascendido en Cuernavaca, y no es raro encontrarlo siguiendo marchas, interactuando con la policía o simplemente disfrutando de un sueño en las calles del centro. La historia de Chiquinquiro es una muestra de cómo la nobleza y el cariño pueden surgir en los lugares y momentos más inesperados, recordándonos la importancia de la solidaridad y el afecto hacia los seres indefensos que, como Chiquinquiro, tienen mucho amor para dar. Temas perros Cuernavaca reportero
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