Descubre los increíbles beneficios nutricionales del chile relleno en la cocina mexicana

El chile relleno, un ícono de la gastronomía mexicana, no solo es delicioso, sino que también aporta grandes beneficios nutricionales, convirtiéndolo en una opción saludable para todos.

Variedades de chiles para todos los gustos

El chile relleno es uno de los platos más emblemáticos de la cocina mexicana, siendo el chile poblano su ingrediente principal. Sin embargo, este exquisito platillo puede prepararse utilizando una amplia variedad de chiles, lo que lo hace versátil y atractivo para diferentes paladares.

Beneficios nutricionales del chile poblano

El chile poblano, además de ser delicioso, es una excelente fuente de vitaminas, minerales y fibra. Destaca por su alto contenido de vitamina C, superando la cantidad diaria recomendada de esta vitamina. Su contenido en fibra ayuda a regular la glucosa en sangre y el colesterol, colaborando en la generación de colágeno y manteniendo así los huesos y encías sanos.

“El chile poblano es una excelente fuente de vitamina C, que tiene efectos antioxidantes. Su contenido en fibra ayuda a regular la glucosa en sangre y el colesterol, colaborando en la generación de colágeno, que mantiene los huesos y encías sanos”, informó el Gobierno de México.

Enriqueciendo el chile relleno

Si se rellena el chile con carne molida, atún o queso panela, o se acompaña con frijoles, se incrementa notablemente su contenido de proteína. El atún aporta grasas saludables, el queso contribuye con calcio, y el caldillo de jitomate proporciona diversos nutrientes como potasio, vitaminas A, C y E, folatos, ácido fólico y fibra, favoreciendo el mantenimiento de la vista, piel, cabello, huesos sanos y la protección del sistema inmune.

Recomendaciones para su consumo

Se recomienda no capear con huevo y harina los chiles rellenos, ya que esto disminuirá el contenido de aceite y harina, ingredientes que aumentan la cantidad de calorías. Además, el chile relleno se puede disfrutar en guisado, acompañado con arroz y frijoles, o servido en una tortilla de maíz como taco de guisado. También es una opción refrescante para consumirse frío durante la Cuaresma, Semana Santa o en temporada de calor.