
Detenido por abusar sexualmente de sus hijastras, tras ocho años
Gerardo “N” abusó sexualmente de sus hijastras durante años, amenazándolas.

En un escalofriante caso de abuso sexual y violación, dos hermanas menores de edad vivieron un calvario durante varios años a manos de su padrastro en Saltillo, Coahuila. El hombre, identificado como Gerardo "N", sometió a las niñas a agresiones sexuales, amenazas y violencia psicológica, manteniéndolas aterrorizadas y silenciadas.
La valiente denuncia de la hermana mayor
La historia de horror comenzó a principios del 2016, cuando Gerardo "N" empezó a cometer abusos sexuales en contra de la menor de las hermanas, de tan solo 8 años, hija de su pareja. Aprovechaba los momentos en que la madre de la niña estaba trabajando para cometer las agresiones. Con el paso del tiempo, las agresiones se intensificaron, llegando a amenazar de muerte a la niña y a sus hermanos si contaban lo sucedido.
La situación se tornó aún más desgarradora en el 2017, cuando, según las investigaciones del Ministerio Público especializado en delitos sexuales en contra de niñas, niños y adolescentes, Gerardo "N" realizó tocamientos en las partes íntimas de la menor por debajo de la ropa, amenazándola con matar a su madre y hermanos si revelaba los hechos. Estos abusos continuaron durante ese año y el siguiente, hasta que en 2019, cuando la niña tenía 11 años, el agresor perpetró la primera violación en su contra.
La hermana mayor, de 16 años, al percatarse de que su hermana menor también estaba siendo víctima de tan atroces actos, decidió romper el silencio. Con valentía, enfrentó el miedo y la opresión a la que habían sido sometidas, y reveló a su madre la pesadilla que estaban viviendo. Impactada y llena de desesperación, la madre denunció de inmediato a Gerardo "N", lo que llevó a su detención y el inicio del proceso legal en su contra.
Prisión preventiva para el agresor
La gravedad de los hechos llevó a que la medida cautelar para Gerardo "N" durante el proceso legal fuese la de prisión preventiva. Actualmente se encuentra internado en el Centro Penitenciario Varonil, a la espera de que se haga justicia por los terribles crímenes que se le imputan. Mientras tanto, las menores, su madre y sus hermanas reciben atención por parte del personal de psicología de la Pronnif, además de estar bajo tratamiento médico y asesoría jurídica para afrontar el duro proceso que les espera y para garantizar que la agresión no quede impune.
Compartir noticia