En México, la desigualdad en los gastos de los hogares se mantiene constante. En los últimos años, las diferencias en las compras de alimentos procesados y de primera necesidad entre los hogares de bajos ingresos y los de altos ingresos se han ampliado. Según datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, en 2022, los hogares de bajos ingresos destinaron el 51.1% de su presupuesto a la comida, mientras que los hogares de altos ingresos solo gastaron el 28.3%. Esto refleja las brechas en los gastos y la desigualdad existente en México.
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