
El avance incontenible del crimen organizado en México

Las redes del crimen organizado se extienden sin control por el país. En un panorama marcado por la debilidad del Estado mexicano, estas organizaciones han logrado expandirse territorialmente ocupando espacios que el gobierno parece haber abandonado.
Ampliación de actividades ilícitas
Lo que antes se limitaba al narcotráfico, ahora abarca actividades como la venta de protección, cobro de piso, tráfico de personas, secuestro, toma de control de gobiernos municipales y la influencia en actividades productivas como la agricultura y la ganadería.
Expansión a nuevos territorios
Este fenómeno se ha extendido a territorios antes no afectados, como Aguascalientes, Morelos, Puebla, el estado de México y las periferias de la capital, así como la disputa en fronteras y la incursión en estados del sur como Chiapas y Tabasco.
La indolencia de los gobiernos y el temor natural de la población han permitido que el crimen organizado conquiste estos territorios. Se teme que, de mantenerse esta situación, avance incluso sobre la Ciudad de México, donde ya está presente.
Polémicas políticas
Por otro lado, en temas políticos, la designación de Rosario Piedra como presidenta de la CNDH, propuesta por López Obrador, ha generado polémica al proponer la desaparición de la Comisión y la creación de la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo, lo que algunos ven como un intento de concentrar el poder en el ejecutivo.
Tráfico de armas
Además, se ha desatado un debate sobre la entrada de armas exclusivas de las fuerzas armadas de Estados Unidos a México, en el que tanto el presidente como la canciller han denunciado el tráfico de armas, mientras que el embajador estadounidense, Ken Salazar, lo ha negado. Sin importar su origen, la preocupación se centra en el impacto del tráfico de armas en la violencia y muertes en el país.
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