La generación actual está luchando contra la percepción de que son jóvenes inmaduros que evitan asumir responsabilidades, cuando en realidad están enfrentando dificultades económicas, laborales y de salud mental. Esta generación está sobrecargada, con empleos mal remunerados, dificultades para acceder a vivienda y enfrentando costos prohibitivos en servicios de salud y cuidado de niños. A pesar de ello, se ven obstaculizados por discursos políticos y estructuras laborales que les impiden ascender o acceder a posiciones de liderazgo. En el ámbito político, se observa una falta de oportunidades para los más jóvenes, con puestos reservados para familiares de políticos y restricciones para aquellos que buscan un cambio. Sin embargo, figuras como Mariana Rodríguez están desafiando estas limitaciones y reclamando su derecho a participar en la política y liderar. Es evidente que la generación actual no esperará pasivamente a que llegue "su momento", sino que están dispuestos a tomar el futuro por asalto, conscientes de que nadie se los regalará.
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