
Crianza en el caos: El impacto del desorden acumulativo en los hijos
El trastorno de acumulación compulsiva afecta no solo al individuo sino también a sus hijos, quienes enfrentan riesgos físicos y emocionales al crecer en un ambiente desordenado e inseguro.

El trastorno de acumulación compulsiva no solo afecta a quienes lo padecen, sino que también tiene un impacto significativo en sus hijos, quienes crecen en un entorno de caos, desorden y, en ocasiones, peligro. Este trastorno no solo altera la vida del afectado, sino que repercute directamente en el desarrollo emocional y social de los niños que viven en hogares donde el espacio está dominado por objetos, desperdicios y desorden extremo.
Efectos devastadores en el desarrollo infantil
Según informes de The Guardian, la problemática del trastorno de acumulación ha sido ignorada durante mucho tiempo. Sin embargo, nuevas investigaciones han comenzado a arrojar luz sobre sus efectos devastadores en la vida de los niños que crecen en estos entornos. La organización HoardingUK ha alertado sobre el mayor riesgo físico al que están expuestos los hijos de acumuladores en comparación con los hijos de alcohólicos, atribuyendo esto a los peligros asociados a vivir en un hogar repleto de objetos apilados, condiciones de higiene precarias, infestaciones de plagas y riesgo de incendios.
Además de los riesgos físicos, el impacto emocional de crecer en un entorno caótico y desordenado puede generar traumas profundos que perduran a lo largo de la vida. Según Megan Karnes, spokesperson de HoardingUK, el trauma de haber crecido en un entorno de acumulación puede desencadenar conductas de acumulación en un niño, aumentando el riesgo de que el trastorno se desarrolle en la edad adulta.
Apego emocional a objetos sin valor
El Instituto de Mente Infantil (Child Mind Institute) ha identificado características únicas en la acumulación en niños que la distinguen del desorden habitual o de una afición por coleccionar cosas. Los niños que presentan este comportamiento desarrollan un apego extremo a objetos sin valor aparente, como envolturas de dulces o tubos de cartón, creyendo erróneamente que deshacerse de ellos implica la pérdida de recuerdos importantes o incluso lastimar emocionalmente a los propios objetos.
A diferencia de los niños coleccionistas, que organizan y exhiben sus pertenencias con orgullo, los niños acumuladores tienden a esconder sus posesiones y sienten vergüenza si alguien las descubre. El acto de desprenderse de cualquier objeto puede provocar una ansiedad extrema, generando patrones de comportamiento que pueden persistir hasta la edad adulta. Este patrón se ve exacerbado en muchos casos, ya que el trastorno de acumulación en niños a menudo coexiste con síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o déficit de atención (TDAH), dificultando aún más su tratamiento.
Rol de la familia en el tratamiento del trastorno de acumulación
La participación activa de la familia es crucial en el proceso de tratamiento de la acumulación compulsiva, según lo manifestado por Help Guide. La familia y amigos desempeñan un papel fundamental en la comprensión y el apoyo al individuo que enfrenta este desafío. Abordar la acumulación compulsiva requiere paciencia y un enfoque empático, reconociendo que no se trata de una simple cuestión de desorden, sino de un trastorno psicológico con profundas raíces emocionales.
Es esencial evitar deshacerse de los objetos del acumulador sin su consentimiento, ya que forzar a una persona a deshacerse de sus pertenencias puede tener un efecto adverso. En lugar de centrarse únicamente en la apariencia física del entorno, es más efectivo establecer objetivos pequeños que prioricen la seguridad, como despejar áreas clave para reducir riesgos de incendio o caídas. Además, es alentador promover que el acumulador busque ayuda profesional, ya que la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del trastorno, proporcionando estrategias para desprenderse de objetos de manera controlada y sin angustia extrema.
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