La oposición conservadora a los libros de texto gratuitos en México tiene raíces en una confrontación de valores y en la disputa por el poder. Organizaciones de padres de familia y líderes conservadores buscan evitar que se construya un nuevo piso mínimo en las discusiones educativas, que podrían abordar desigualdades de género, clase y etnia. Aunque estos grupos conservadores han perdido influencia en el contexto actual de México, han encontrado aliados en actores educativos desplazados o en declive. Sin embargo, esta oposición no beneficia ni a los sectores desplazados, ni a docentes ni estudiantes, y socava la democracia y la construcción de un sistema educativo más justo.
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