En las afueras de un pueblo del centro de México, un grupo de mujeres vestidas como monjas se reúne bajo la luna llena para realizar un ritual con la planta de cannabis. Aunque su atuendo puede resultar confuso, estas mujeres no profesan ninguna religión, forman parte de un grupo internacional llamado "Sisters of the Valley", dedicado a difundir los beneficios curativos del cannabis. A pesar de tener éxito en la venta de productos de CBD en Estados Unidos, en México su actividad se ve desafiada por el contexto de la guerra contra las drogas y el arraigado catolicismo. Operan con cautela debido a la legalidad dudosa del cannabis en el país.
Estas "hermanas" cultivan modestamente la planta y brindan apoyo a la comunidad que lucha por la legalización, a pesar de la oposición de una sociedad conservadora. Algunas de estas mujeres cuentan con el apoyo de sus propias familias, lo que demuestra la importancia de su misión para promover la paz y la legalización del cannabis en México.
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