Manuel Acuña Narro, conocido como el último gran poeta del romanticismo en México, falleció de forma trágica a los 24 años. Si bien se especula que su muerte fue por la ingesta de cianuro, las razones exactas aún no están claras. Acuña, quien provenía de una familia humilde, se enamoró de Rosario de la Peña, una joven de clase alta que nunca correspondió sus sentimientos. Esta situación de desamor pudo haber sido la causa de su desesperación, pero solo podemos especular. El poeta nació el 27 de agosto de 1849 en Saltillo, Coahuila, en una modesta casa en Allende sur #394. Durante su corta vida, Acuña se destacó tanto en sus estudios como en su carrera literaria. Ingresó al Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México, donde estudió matemáticas, francés y filosofía. Luego, se cambió a la Escuela de Medicina, donde fue considerado un estudiante distinguido. Aunque su carrera literaria solo duró cinco años, logró producir una notable cantidad de obras, incluyendo poemas, cartas, artículos y una obra de teatro. El día antes de su muerte, Acuña se reunió con su amigo Juan de Dios Peza y le dictó su último poema. Al día siguiente, el 6 de diciembre de 1873, Acuña fue encontrado muerto en su habitación de la Escuela de Medicina con una nota que insinuaba que solo él era el culpable de su propia muerte. Aunque se le atribuye su suicidio a su desamor por Rosario, Acuña también tuvo otras relaciones románticas a lo largo de su vida. Su trágico final dejó a la comunidad literaria devastada, pero su legado literario ha perdurado a lo largo del tiempo. A pesar de su corta vida, Manuel Acuña sigue siendo recordado como uno de los grandes poetas de México.
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